La jubilación a los 60 o 65 o la pre-jubilación a edades inferiores representan una transición muy importante. Pocos de los que llegamos a esta situación estamos preparados para enfrentarla con aplomo.
El mayor desafío para la mayoría de las personas que se encuentran ante esta transición es aprender a gestionar su tiempo. Seguidamente, te presento unas recomendaciones para afrontar tal situación.
Lo primero que hay que hacer en este tipo de contexto es “superar el duelo”. Y este trance no se supera hasta que el individuo ha conseguido romper con el pasado y ha tomado plena conciencia de la nueva realidad.
El profesional que accede a una situación de prejubilación debe atender, en primer lugar, a sus necesidades básicas como mantener su bienestar físico y mental, así como abordar una planificación financiera que asegure su bienestar económico no sólo durante su vida sino también durante la vida de su pareja.
Aparte de potenciar relaciones familiares y de amistad abandonadas o algún pasatiempo, para muchos, es el momento de emprender actividades de contribución a la sociedad mediante algún tipo de activismo político/social o de voluntariado.
En cualquier caso es necesario mantener un vinculo con el entorno en el que hayamos desarrollado nuestra actividad profesional.
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