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Dicen que el infierno y el futuro están llenos de personas con buenas intenciones. Un reflexión que puede ser apropiada hoy, día de Navidad.

Como frase para mi felicitación de fin de año he escogido la de si lo sueñas podrás hacerlo” atribuida a Walt Disney y que creo que puede ser apropiada para un momento en que el nos enfrentarnos a grandes retos. Unos retos  a los que deberíamos de dar mayor relevancia si queremos dejar a las próximas generaciones un futuro mejor.

En el post publicado en Diciembre del 2018 titulado “2019 el futuro ya está aquí” y accesible en  http://pauhortal.net/blog/2019-el-futuro-esta-aqui/ afirmaba que 2018 podríamos calificarlo como el de las expectativas incumplidas. Y en este análisis me refería tanto a cuestiones personales como globales. Algunas se han satisfecho en 2019, otras están en camino de resolverse pero hay muchas que siguen pendientes.

Unas reflexiones que finalizaba con la expresión «seguimos viviendo tiempos de cambio, (en los que) nada es como parece y (aunque) el ser humano sigua sorprendiéndose a sí mismo. A pesar de que hemos conseguido avanzar en la capacidad de resolver la mayoría de los problemas que nosotros mismos nos creamos con formatos más civilizados, estamos generando otro nuevos que nos imponen retos que no sabemos cómo afrontar y que incluso pueden significar el fin de nuestra especie». Y el principal los efectos del cambio climático.

Terminamos la segunda década del siglo XXI. No me resisto a escribir este post sin mirar un poco para atrás e intentar pensar en cómo somos ahora en relación a cómo eramos hace 10 años. Y para ello os propongo que os formuléis las reflexiones que Ramón Gonzalez propone en el articulo titulado “cuatro cosas y media que mi generación debería de haber aprendido en esta década”, publicado en el Confidencial y accesible en el link:  https://blogs.elconfidencial.com/cultura/el-erizo-y-el-zorro/2019-12-17/tecnologia-politica-ucltura-economia-decada_2378599/ y que finaliza con una frase que no tiene desperdicio “Dentro de no mucho, hablaremos de esta década que termina como los años diez. No sabemos aún cómo la recordarán los historiadores, o nosotros mismos (en el futuro). Una posibilidad será que la veamos como la del regreso de la polarización política, las discusiones faltonas, los líderes populistas y la intolerancia recíproca. Seguramente todo es verdad, seguramente nada es del todo nuevo. Sería estupendo que, al menos, hubiéramos aprendido algo: que todo es mucho más ineficiente, tedioso, improductivo, sucio, estúpido y carente de elegancia cuando vivimos con odio.


Esperemos, no obstante, que en el futuro el odio desaparezca, y que no todo sea tan negro como muchos imaginan gracias a nuestra capacidad de soñar y de hacer que los sueños puedan convertirse en realidad.


Si queremos sobrevivir y prosperar en 2020 y en un futuro cada vez más incierto, todos tendremos que aprender a superar las dificultades. Aunque estamos mentalmente programados para pensar a corto plazo, tendremos que enseñarnos unos a otros, y a las generaciones futuras, a mirar hacia el futuro. Estamos obligados a superar este reto y ello exige perfeccionar nuestras habilidades críticas y analíticas, y desarrollar una mayor capacidad de anticipación, adaptación y resistencia.

Para terminar y en el plano más personal sigo con el esquema tradicional de iniciar el nuevo año con algunos deseos u objetivos a alcanzar. He aquí los 7 que he definido para 2020:

  • No dejar de aprender ni perder el interés por lo que ocurre.
  • No tener miedo a cambiar de opinión y a salir de mi zona de confort.
  • Volver la vista atrás para resolver algunos entuertos.
  • Aprender a desconectar con alguno de los hobbies pendientes.
  • Consolidar los proyectos profesionales que acabo de iniciar.
  • Ser capaz de atender mejor las necesidades de mi pareja.

Y el último (al margen de que la salud nos acompañe a mi a mi entorno) sería el de ser capaz de cambiar mi lista de buenas intenciones para 2021 basándome en el hecho de que haya conseguido alcanzar todas las aquí planteadas.

Mientras tanto sólo os deseo que vuestras expectativas se cumplan en 2020 y que aprendamos y consigamos vivir la próxima década sin odio.