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En el contexto de los argumentos que planteo en mi última entrada del blog he aquí algunas reflexiones veraniegas que pueden responder a la máxima «vivir peligrosamente».Probablemente al margen de las otras circunstancias (corrupción, crisis de legitimidad de la clase política, ajustes de todo tipo etc), no saldremos de ésta si no cambiamos nuestras propias formas de pensar y actuar. Creo, en la linea de lo planteado por Rafael Centeno en un articulo excelente en «el confidencial», que la reforma moral es condición fundamental para la salida de la crisis.

He aquí las actitudes que en mi opinión conforman el concepto de vivir peligrosamente:

Fuimos tramposos. Probablemente lo que nos ocurre no es más que la respuesta lógica a una actitud colectiva fuera de toda lógica. Lo tenemos merecido.

No supimos elegir a buenos líderes.  Los resultados son evidentes. No necesitamos líderes que simplemente nieguen lo evidente o que esperen a que todo se resuelva sólo. No es cierto que la crisis, por si sola, facilite un avance sustancial en la creación de instancias reales de dirección europea. Un ejemplo: la unión monetaria sin homogeneidad fiscal no tiene sentido.

Crecimos gracias al «pelotazo». Nos beneficiamos del maná de los fondos europeos sin un control adecuado. No creamos economía productiva y no nos aplicamos en serio a cambiar nuestro modelo de distribución de la riqueza.

Fuimos poco eficaces en la gestión de los recursos. Aunque esto es aplicable a todos los ámbitos es más que evidente que hemos malgastado y seguimos malgastando recursos en el ámbito de las administraciones públicas.

No supimos trabajar cara al futuro y responder a los nuevos retos. Nos faltó un buen diagnóstico, un buen plan de acción, y una voluntad de comunicación trasparente. Probablemente ya sabemos lo que debemos de corregir. Esperemos que tengamos la voluntad y la capacidad para hacerlo.

Nos creímos «los reyes del mambo» pero seguimos manteniendo un sentimiento de inferioridad. Pasamos de la euforia al pesimismo con suma facilidad. Tenemos alternativas pero necesitamos esfuerzo y compromiso por parte de todos.

De todas formas no creo que todo este perdido. Finalmente saldremos aunque dejemos algunos cadáveres en el camino. Espero que no sean más de los necesarios.

Os deseo un buen retorno a todos y suerte para enfrentarnos a un otoño que, una vez más, será complejo y difícil.