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El Semanal de El País del pasado 28 de Mayo publica una entrevista a Anne Lacaton, a la que me permito identificar como ejemplo de la «ciudadanía europea».

Anne es una arquitecta francesa que ha destacado por desarrollar su trabajo con una nueva cultura del “aprovechamiento”. Una profesional que conjuntamente con su pareja ha desarrollado una estrategia exitosa que le ha permitido revolucionar el coste de los edificios y la manera de vivir en ellos.

Leí con sumo interés esta entrevista. Y esta lectura me motivó a escribir este post en el que simplemente pretendo reflexionar sobre la respuesta a la última pregunta que le formula la periodista Anatxu Zabaldescoa con sus reflexiones sobre que ocurre en estos momentos en Europa.

Estas son sus reflexiones: “para empezar se puede hacer autocrítica ¿Quién defiende hoy a la UE? Nos hemos beneficiado tanto de esa unión que no es justo que los europeos no la defendamos. Ya no hablo de políticos, hablo de nosotros…… Ni me siento bien ni estoy orgullosa de mi contribución. La ciudadanía no hace nada porqué nos estamos acostumbrando a vivir las protestas como fiebres pasajeras. Soy hija de la idea de Europa. No recuerdo otra vida. Vengo a España y me siento en casa. Doy clase en Holanda y lo mismo. Cojo el tren en Alemania y disfruto de no tener que atravesar una frontera. Hemos hecho algo grande. Todos los días Europa está presente en mi vida. En nuestra oficina hay una chica irlandesa, otra rumana, varios españoles y algunos alemanes. No se conocían. Se han hecho amigos. Tienen más en común que diferencias. ¿Queremos perder esto? La Europa de los políticos ha fracasado, la de los ciudadanos no. Hemos creado una unión de verdad. Nos toca movilizarnos para mantenerla”.

Ya es hora de que reclamemos de verdad la «ciudadanía europea» y dejemos atrás todos los «populismos» de tres al cuarto que sólo nos llevarán al desastre.

Dicho esto creo que sobran más comentarios.