Ya se está convirtiendo en una tradición (creo que es el cuarto año) que me permito escribir un post con algunas reflexiones sobre las conclusiones más relevantes del WEF.
De hecho, el año pasado incluso escribí una serie de comentarios sobre los análisis realizados en este forum sobre el futuro del trabajo. El primero de ellos accesible en _Claves para el Futuro del Trabajo según el WEF – Pau Hortal
La primera de las apelaciones que hemos de destacar es la que se formula sobre la necesidad de la cooperación y el entendimiento. Haz que esperar que ésta apelación sea algo más que un deseo y que sea una de las conclusiones o efectos positivos de la crisis bélica que seguimos viviendo como consecuencia del conflicto en Ucrania. La segunda se resume en la frase pronunciada por el propio fundador del WEF Klaus Schwa, en el sentido de “Hay mucho en juego en la economía (…) Principalmente, cómo evitar una recesión global”.
Aunque cabría decir que los riesgos no son sólo los que entrevemos a corto plazo de ahí que en el propio Foro se hayan formulado un listado con dos perspectivas temporales 2025 (2 años) y 2032 (10) todo ello en un entorno en el que se advierte de una potencial «policrisis», fruto del encadenamiento de una serie de ‘riesgos conexos’ que se prolongarán durante los próximos años. A saber: el impacto del sobreendeudamiento, el coste de los alimentos y la inflación (a corto plazo) y la polarización social, las tensiones geoeconómicas y el cambio climático (a largo plazo). Sin olvidarnos de la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas.
En concreto y en lo relativo a mi/nuestro ámbito de interés los elementos claves del análisis realizado en el Foro son desde mi punto de vista los siguientes.
Las nuevas paradojas en los entornos laborales.
El aprendizaje, el conocimiento y la gestión del talento van a ser (junto con los relativos a las tensiones y efectos del proceso de robotización y el desarrollo de un mercado global del trabajo) van a adquirir un rol crítico tanto en las organizaciones privadas como públicas. Para abordar y superar los desafíos a los que se enfrenta el mundo tanto en el corto como en el largo plazo, la única garantía y fuerza impulsora del cambio son las personas. Cuestiones como el trabajo híbrido, el bienestar, la formación, el desarrollo de carrera o el propósito adquieren un papel cada vez más relevante en la estrategia de atracción y fidelización de talento.
Las tensiones por la escasez de recursos y por los efectos crecientes del cambio climático.
En el informe de este año ha aparecido el concepto de “policrisis”. Un concepto que pretende incorporar desde la escasez de recursos naturales a los problemas político-geopolíticos, la sostenibilidad, etc. Y es consecuencia tanto de los efectos del endeudamiento producido para la respuesta a la pandemia como el que ya se está generando por los gastos que se producen en el conflicto bélico. La deuda pública crece a medida que los tipos de interés caen y la alta inflación a escala mundial, combinada con estos niveles altos de deuda pública conllevan consecuencias a nivel financiero. “Una reestructuración más fuerte aumentaría el riesgo de sobreendeudamiento”, se aclara en el informe. Paralelamente se constatan los efectos que, en términos de catástrofes ambientes y calentamiento global se están produciendo con la presencia de graves tensiones sobre la gestión de los mismos.
La relevancia de los factores de responsabilidad y sostenibilidad
En las conclusiones del foro se demanda que las empresas deban aceptar la responsabilidad por conseguir un mundo sostenible. Las marcas están en una posición única para influir y escalar nuevos comportamientos donde deben crear estrategias tecnológicas, productos y modelos comerciales que ayuden a las personas a realizar cambios positivos en su estilo de vida y cuidar el medio ambiente. La transición ecológica no tiene marcha atrás.
La necesidad de desarrollar nuevos instrumentos financieros de carácter global.
Estamos al borde de una nueva era que requiere instrumentos financieros rápidos, efectivos e innovadores para conectar a los que no están conectados y para desarrollar nuevos mecanismos financieros que ayuden o minimicen los riegos de incremento de las desigualdades. Aunque la calidad de vida se esta incrementando sustancialmente la distancia entre los mas poderosos y los más débiles no de deja de incrementarse.
La presencia de una tecnología, más inclusiva y equitativa
El factor social es cada vez más relevante en la toma de decisiones, tanto en la transición energética y en las cuestiones medioambientales como en los avances que se están produciendo hacia un mundo cada vez más digital y conectado. Durante el foro, la Comisión de Banda Ancha de la UNESCO para el Desarrollo Sostenible propuso nuevos modelos de financiación que ayuden a acelerar la «conectividad universal significativa». Según este organismo, se estima que 3.600 millones de personas en todo el mundo están desconectadas, la mayoría en los países menos desarrollados.
El desarrollo e impulso a los nuevos sectores y modelos económicos.
Lo que supone que al margen de conseguir llevar y poner a disposición de todos los seres humanos las nuevas herramientas tecnológicas la necesidad de desarrollar actividades más allá de las prescripciones y proyectos de políticas de «negocios tradicionales» y hacia modelos más colaborativos. Por otro lado, hay sectores que empiezan a despegar y se prevén como los líderes en un futuro no muy lejano. Un ejemplo es el sector de los cuidados que además tendría un efecto altamente positivo en el empleo. Parece que un próximo futuro vamos a tener que dejar de ocuparnos de hacer cosas (esto lo harán los robots) para ocuparnos de cuidarnos unos a otros.
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