Leo en la Vanguardia del pasado sábado 4 de Octubre. “En España hay tres crisis. En primer lugar, la crisis económica, que iremos superando a trompicones, con recortes, esfuerzos y sacrificios mal repartidos. No habrá milagros, Europa está estancada y la tensión con Rusia nos puede complicar la vida, pero saldremos adelante.
La segunda es la que viene provocada por el llamado «proceso catalán», también muy difícil de resolver, pero manejable con voluntad de pacto. Creo que esa crisis también será superada, aunque ahora parezca imposible.
La tercera es la peor de todas: el escalofriante hundimiento de la confianza social, como consecuencia de una cadena de escándalos que no cesa. La enorme pérdida de confianza en las instituciones y en la política tardará años en repararse, si es que tiene arreglo. Esta tercera crisis condiciona el desenlace de las otras dos y constituye el más grave problema que hoy tiene España”.
Todos aquellos que me seguís comprenderéis bien el porqué de este comentario (por cierto es el párrafo con el que inicia un excelente artículo Enric Juliana titulado “Kompromat”) en el que se refiere al análisis que hace unos meses le realizó un miembro de la diplomacia española.
En esta semana en la que nos hemos encontrado con otra evidencia de descrédito social como es el uso de las tarjetas de crédito por parte de los miembros del Consejo de una entidad financiera (sin ánimo de lucro) y que posteriormente ha tenido que ser rescatada con dinero público. En la que empiezan a destaparse (de forma interesada o no) los primeros sondeos que pronostican un “parto difícil” para gobernar después de las próximas elecciones generales. Y en la que en Catalunya seguimos con el proceso que nos va a llevar a cambiar radicalmente nuestra relación con el resto del Estado (haya consulta o no el 9 de Diciembre) me parece oportuno dedicar este espacio a comentar un análisis que resulta tremendamente acertado.
Un análisis que nos debería de llevar a todos a reflexionar y a actuar de forma distinta a la que hemos actuado en el pasado reciente y que seguimos, lamentablemente, practicando.
Sigo lamentablemente preocupado por la capacidad de nuestra clase política para resolverlas. Una muestra: los hechos que están ocurriendo en los últimos días sobre la Consulta del 9 de Noviembre.
Sin embargo espero y deseo que pronto seamos capaces de superarlas.
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