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El sector público tiene hoy un peso relevante en la economía e integra un porcentaje significativo de los empleos en las sociedades más desarrolladas.

Necesita concienciarse (y esta es una labor clave del área de RRHH) de la necesidad de promover cambios en sus paradigmas de gestión, empezando por aquel que hace que no atraiga a los profesionales con mayor talento o lo haga simplemente como un elemento de seguridad de futuro.  Un sector publico que no puede ni debe vivir, en una burbuja ni a espaldas, de los cambios y transformaciones que nos están tocando vivir.

Así finalizaba el primero de los artículos de esta serie accesible en el link http://pauhortal.net/blog/sector-publico-y-dinamicas-de-cambio-i/ y en el que me referia con cierto detalle a las ideas formuladas por el profesor Carles Ramiò en un articulo que con el título “Los dos grandes retos de la política de personal en la administración pública” ha publicado recientemente en el blog de la Fundació Factor Humá y accesible en el link https://factorhuma.org/es/actualitat/blog-factor-huma/13827-los-dos-grandes-retos-de-la-politica-de-personal-en-la-administracion-publica

Marc Vidal al que tuvimos el placer de invitar a la Jornada de Innovación y cambio en la gestión de recursos humanos en el Sector Público celebrada en Barcelona el pasado martes y cuyos contenidos teneis accesibles en www.jornadarrhhsp.com formula de forma reiterada (por ejemplo en  https://www.marcvidal.net/blog/la-transformacion-digital-personas-tecnologia? que hoy “Digitalizarse ya no es suficiente. De hecho, no es lo mismo digitalizarse que transformarse digitalmente. Lo primero es factible de hacerse con inversión, incorporando tecnología y es relativamente fácil. Transformarse es otra cosa. Es el hecho de que a partir de esa tecnología aportada modifiquemos sustancialmente cosas”.


Necesitamos afrontar todos como sociedad, organización e individuos un proceso de transformación. De hecho, lo estamos haciendo, de alguna manera de forma consciente o inconsciente, aunque no nos lo parezca.


Un proceso para el que Enrique Dans utiliza el concepto de TRANSFORMACION RADICAL y nos queda mucho camino por recórrer. “La transformación digital debe surgir de una nueva cultura (organitzativa) que comprenda la transparencia, la colaboración, las bondades del uso de esa tecnología, debe además ser capaz de colocar al (ciudadado, usuario o cliente) en el centro de la -cadena de valor de nuestra oferta. Por cierto, un concepto (el de valor) que no es usado, normalmente, en el sector público. Recordemos que, tomando como base una afirmación de Marc, la transformación digital primero y básicamente va de personas, luego de tecnología, y por ultimo de procesos.

Y ya sabéis lo que termina ocurriendo a menudo… ¿verdad?

No podemos poner puertas al campo. Si en nuestra estructura de servicio hay algo digitalizble terminarà digitalizandose. Si las organizaciones no dan este paso podran sobrevivir a corto plazo (incluso generando legislación que le facilite esta supervivencia), pero tarde o temprano terminarán desapareciendo. Y este proceso, no lo olvidemos es imparable, y ocurrirá también al sector público.

En otro de sus brilantes posts accesible en https://www.marcvidal.net/blog/los-desafos-de-un-nuevo-gobierno-y-la-hoja-de-ruta-tecnolgica-urgente?rq=el%20futuro%20de%20nuestros%20hijos Marc Vidal plantea la siguiente tesitura: “Cena de amigos. Todos por encima de la edad imprescindible para ser Milenials. El tema de conversación gira alrededor de lo que deberían estudiar nuestros hijos si quieren tener empleo en el futuro. Hijos de entre ocho y catorce años que sobreviven en una primaria con pocos cambios o en un bachillerato exhausto, pendientes de una universidad que ofrece un catálogo cada vez más alejado de las necesidades en el futuro y cuyos valores suelen estar a años luz de los que nos ocupaban a nosotros. Y la pregunta siempre es la misma ¿de qué trabajarán nuestros hijos?”

“La pregunta no debería ser es tanto en ‘qué’ sino ‘cómo’. Muy probablemente nuestros hijos se ocuparán de los mismos oficios, las mismas tareas y los mismos objetivos profesionales que nosotros, pero lo harán de un modo muy diferente. A excepción de los trabajos repetitivos y automatizables, el resto seguirán dependiendo de la intervención humana”. Podemos hacer el ejercicio de pensar como era nuestra nuestra vida en el año 2000, hace tan solo 18 años. Y podemos tomar consciencia del hecho de que en 1992 (Juegos olímpicos en Barcelona y Expo en Sevilla nadie hablo de internet). Tan sólo 5 años después se producía la aparición de una tecnología que en 20 años ha transformado nuestras vidas. “La tecnología tiene como fin no sólo hacernos el trabajo más fácil sino, incluso, cambiar el propio concepto del trabajo tal y como ahora lo entendemos”


Un proceso que afectará al sector público porque éste no puede seguir viviendo en una burbuja esté preparado o no para ello.


Termino con una frase del profesor Ramió. Tenemos “una oportunidad única para renovar y modernizar (los servicios públicos). Políticos, sindicatos, empleados públicos y académicos (yo añado consultores y proveedores de servicios) deberíamos dedicarnos a (ello) si deseamos lograr la Administración Pública que reclama a gritos el presente y el futuro inmediato.