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¡Tenemos reforma del mercado de trabajo! Esta semana, finalmente, el gobierno ha hecho el trabajo que tenía que hacer y ha aprobado y posteriormente presentado al congreso el proyecto de ley. 

No voy a extenderme ni deseo hacer en este momento un análisis de los elementos clave y de las dudas que plantea la propuesta del ejecutivo (se ha hecho por muchos con más conocimientos que yo) y, por otra parte, ya he resumido mis posiciones sobre este tema en otras entradas de mi blog.

Lo que si pretendo es significar que volvemos a cometer el error de crear una norma muy compleja, que intenta contentar a todos, con unos títulos que suenan bien pero que por su excesiva complejidad no va a resolver de forma clara, diáfana y eficiente, los graves problemas de nuestro mercado.

A saber: la complejidad del marco de contratación que lleva a una dualidad perversa en las relaciones laborales entre trabajadores fijos y temporales, el marco de la negociación colectiva que evite las perversiones actuales del sistema, la regulación clara de las clausulas de resolución contractual que agilice y de seguridad en estos procesos, y, por ultimo la introducción de la competencia en la gestión del mercado de trabajo, (intermediación, políticas activas, formación,  etc).

Aunque resulta evidente que la reforma del mercado de trabajo no va a crear empleo ni por si sola resolverá los graves problemas que nos está tocando vivir si es cierto que su mayor claridad, simplicidad y concreción sería un factor relevante para la velocidad de la recuperación en el momento de cambio del ciclo y, sin lugar a dudas, reducir el diferencial en nuestra capacidad de crear empleo que mantenemos históricamente con el resto de economías de nuestro entorno.