“Quien mueve montañas empezó apartando piedras” decía Confucio. Y es probable que muchos siglos después este criterio siga siendo perfectamente válido y aplicable a un gran número de actividades humanas.
Cada vez más investigaciones avalan cómo a partir de la acción más pequeña podemos lograr las más grandes gestas. De hecho, hacer grandes cosas es un trabajo muy laborioso, extenuante y difícil de lograr, por lo que no solo la motivación debe estar en su punto más álgido sino también las habilidades, la energía, la disposición personal, el material y el entorno.
Los objetivos demasiado “grandes” son generalmente poco realistas y viables. Mientras que, la suma de pequeños pasos pueden llegar a configurar logros tan grandes, como podamos imaginar.
Sus dimensiones, superan a menudo las capacidades de los que los plantean, cuando no son simplemente una muestra de la voluntad o la incapacidad para llevar a cabo cambios que si serían adecuados y posibles. Sin embargo, las grandes cosas son el resultado de la suma de pequeños pasos. Hasta el edificio más titánico está construido de pequeños trozos (piedras, ladrillos etc) colocados uno al lado del otro.
La idea de plantear pequeños pasos (en la dirección adecuada) puede abrirnos grandes horizontes ya que, aunque seamos inconformistas no somos locos. El contexto es el que es, las circunstancias son las que son. mientras que no debemos olvidar que los grandes cambios se han hecho superando de alguna manera las reglas establecidas. Estamos plenamente convencidos que el progreso esta fundado en el conjunto de iniciativas desarrolladas por seres humanos inconformistas que no se dejaron llevar por lo establecido.
La suma de pasos pequeños, si éstos van en la dirección adecuada, pueden llegar a comportar modificaciones en la visión y en las percepciones humanas. Muchos de mi generación recordamos los dos acontecimientos que se produjeron en el entorno del cambio de siglo y que, si hubiésemos seguido a los agoreros y catastrofistas, serían circunstancias que provocarían graves problemas y conflictos. Y me refiero a los efectos del “cambio de siglo” y a la prohibición de fumar en los lugares de trabajo.
Estas reflexiones están en la base del proyecto PROPUESTAS ERGON PARA LA MEJORA DE LA GESTION DEL MERCADO DE TRABAJO, una iniciativa cuyas conclusiones presentamos el pasado 26 de octubre y a las que podéis acceder en Propuestas_Ergon (godaddysites.com)
Unas propuestas que, se fundamentan en:
- Hagamos algo, aunque pueda parecernos insuficiente. Sin embargo, este primer paso puede darnos la llave para alcanzar objetivos más exigentes, por ambiciosos que éstos sean.
- No nos detengamos. No importa de dónde partimos ni lo pequeños que sean nuestros primeros pasos. El propio proceso en las condiciones objetivas, y sobre todo las mentales/culturales harán imposible o muy costosa la vuelta atrás.
- Evaluemos si vamos en la dirección adecuada. Un aspecto muy relevante y que a menudo olvidamos. Hoy disponemos de herramientas para validar en un plazo muy reducido si vamos en la dirección adecuada.
- Intentemos transformar estos primeros pasos en hábitos. Los hábitos tienen como cualidad la de que terminan siendo casi inconscientes/automáticos, con lo que ya no hay marcha atrás posible.
En el listado de las 12 PROPUESTAS ERGON son mayoría las iniciativas a las cuales es perfectamente aplicable el proceso que se describe en los 4 pasos anteriores.
Intentémoslo. Estoy/estamos convencidos que estaremos mejor después de este proceso (con nosotros mismos y con los demás).
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