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¿Por qué no hacemos lo que realmente queremos hacer?….. Una frase muy adecuada para incentivar el cambio.

Esta frase esta extraída del libro “El mundo sobre ruedas” de Albert Casals que se convirtió en uno de los libros mas vendidos en la fiesta de Sant Jordi en Catalunya en el pasado año 2009. Albert tenía 14 años cuando propuso a sus padres que quería que le dejaran viajar, pues “quería ver mundo”. La historia de Albert podría ser especial pero lo es más si cabe cuando se añade un detalle a esta historia: a los 8 años una leucemia dejó a Albert en una silla de ruedas.

En el verano del 2006 Albert emprendió su primer viaje en solitario, (antes había hecho algunos “pinitos” acompañado de su padre), un viaje en el que ha pisado 25 países, y le ha ocurrido casi todo lo que le puede ocurrir a un muchacho que hace un viaje de estas características casi sin dinero y en silla de ruedas.

Si deseas obtener más información sobre Albert y sobre su viaje puedes acceder a: www.fundacionsbs.org/detalle-viaje-albert.html

Lo que este joven nos muestra es la capacidad para hacer cosas impensables para un chaval nacido en Esparraguera que ha mostrado un espíritu de superación y una fuerza de voluntad impensables para lo que es probablemente común en los jóvenes adolescentes, bajo el impulso y la motivación positiva favorecida probablemente por su enfermedad y todo en un entorno –su familia- que no ha puesto freno a esta motivación. Es evidente que Albert está desarrollando un talento que probablemente le ayudará a enfocar con éxito su futuro, aunque sea en una silla de ruedas

Me he preguntado e interrogado en mi blog en varias ocasiones sobre si hay crisis en el talento y me he contestado a mí mismo que no. El talento evidentemente no está en crisis ni lo estará mientras vayan surgiendo muchos Albert´s.

El cambio que estamos viviendo necesita de muchos Albert´s.

En todo caso el talento necesita esfuerzo para desarrollarse y un marco “ambiental” favorable a su desarrollo. El hecho de que nos sigan sorprendiendo este tipo de historias remarca, en todo caso, no que el talento sea escaso sino nuestra incapacidad social para crear marcos en el cuál este pueda desarrollarse.