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Cuando parece que podemos iniciar una tendencia favorable en materia de empleo he revisado en los últimos días las ideas que planteé en un debate sobre el desempleo juvenil celebrado en 2011.

La primera idea que formulé era la de que no son las medidas legislativas la clave necesaria para atacar el problema del desempleo de nuestros jóvenes. La segunda que no serán las grandes empresas las que van a resolver este problema. Tres años después me reitero en estas afirmaciones. Recordemos que seguimos con datos de un 50% de desempleo en los menores de 26 años.

Ya sé que va sonar como un retorno a épocas pasadas pero cada vez es más evidente que una parte de la solución del problema de empleo de nuestros jóvenes ha de pasar, sin ningún género de dudas, por fomentar la cultura del emprendimiento como ya se está intentando aunque no se si todo no es más que un conjunto de buenas intenciones o una mera estrategia de marketing, y por la potenciación de una estrategia favorable a la emigración a otros países/entornos.

Dicho esto hay cosas que se pueden hacer pero en todo caso la más fundamental y relevante es la que pasa por generar un marco de confianza donde la pyme (que presta en muchos casos servicios para la gran empresa) se atreva a contratar. Para ello es necesario desarrollar acciones a corto plazo como la de «abrir el grifo» del crédito bancario para las pymes, (corto plazo) y otras como la de desarrollar la cultura de esfuerzo en nuestros jóvenes (largo plazo). También se puede consolidar (y de hecho ya se está haciendo) la internacionalización de nuestra economía.

De la misma manera que son ya un porcentaje relevante las grandes empresas que alcanzan mejores ratios de facturación y resultados en el negocio internacional que en el local seguimos con un trecho muy largo para poder alcanzar el objetivo de que nuestros jóvenes tengan la formación, la voluntad y la motivación por asumir que necesitan de una “movilidad geográfica” para crecer y desarrollarse. Y ahí el la necesidad de conseguir unos niveles altos de formación en idiomas. 

En este sentido iniciativas en el sentido de segmentar a los colectivos educativos en función de la capacidad y en paralelo desarrollar entornos de formación multilínguisticos (con una presencia del inglés muy relevante) me parecen que es por donde hemos de ir. Aunque este tipo de iniciativas pueden ser percibidas como discriminatorias no nos queda otro remedio que ir por ahí. 

Una gran parte del problema del desempleo juvenil es también el resultado de unos criterios educativos que han sido válidos para conseguir una homogeneización e igualdad de la oferta con independencia de cualquier discriminación (geográfica, económica, cultural, etc), pero que hoy a lo mejor conviene corregir y retocar.

Recordemos que los problemas estructurales no se resuelven solamente con parches sino con soluciones estructurales. Para terminar os dejo un enlace a un vídeo que supone una excelente reflexión sobre este problema: http://www.youtube.com/watch?v=1o4xDCwNvDA