Hoy en día, nadie es capaz de poner en duda, que nos estamos enfrentando a cambios muy relevantes en el mercado de trabajo. Mientras tanto, no nos engañemos, a pesar de algunos datos que pueden llevarnos al autoengaño tenemos graves problemas en la gestión de las Políticas Activas.
Unas políticas cuyo único foco debería ser el de favorecer la empleabilidad de las personas.
Por otra parte, todos deberíamos de ser conscientes de que los datos confirman que el llamado desempleo estructural (concepto que incluye a todos los personas que llevan más de 12 meses continuados en situación de desempleo) ya incluye a la mitad de las personas en esta situación.
Mientras tanto en lo fundamental seguimos gestionando el Mercado de Trabajo y las Políticas Activas más o menos como lo hemos hecho en los últimos 20/30 años, lo que supone que probablemente no estemos haciendo los cambios necesarios para que, entre otros aspectos, los sistemas de intermediación laboral se adapten a las nuevas realidades y a las nuevas demandas de sus usuarios.
Nos estamos enfrentando a cambios muy relevantes en el mercado de trabajo. Sabemos lo que ocurre y hay consenso en el diagnóstico (desde el propio Gobierno hasta organizaciones como la AiERF, Asempleo, el Institut Cerdá, Fedea, ISEAK etc). Sin embargo, no hacemos nada para atacar las raíces del problema. Es probable que la nueva Ley de Empleo sea otra ocasión perdida.
En repetidos post publicados en este blog, por ejemplo en https://pauhortal.com/fedea-comentarios-sobre-la-nueva-ley-de-empleo/ me he referido a lo que supone que (transcurridos 15 meses desde la publicación en el BOE de la nueva ley de Empleo) no se hayan todavía implementado muchas de las medidas que en ella se esbozan. Un dato que considero es muy relevante y que me ha reafirmado en la idea de que deberíamos de separar los tiempos técnicos de los políticos porqué es evidente que los procesos electorales que hemos vivido en este periodo han incidido en ello.
En este sentido me pregunto sobre lo que hemos hecho o estamos haciendo (más allá de los grandes principios) en:
- Incorporar elementos que faciliten el cambio cultural de todos los agentes que intervienen en la gestión del mercado de trabajo.
- Apoyar a los y las profesionales del Sector Público o de las entidades colaboradoras para facilitarles los conocimientos y las habilidades que han de hacer para afrontar con éxito las nuevas realidades.
- Poner la gestión y los recursos en el foco de atender las necesidades y realidades de las empresas y organizaciones.
- Dotarnos de los procesos y de la tecnología adecuada para ser mucho más eficientes.
- Empezar a trabajar en la trazabilidad de las acciones y la gestión a partir de los datos.
- Crear una estructura global que permita evaluar los proyectos e iniciativas y destacar a las que están teniendo éxito.
Soy consciente de que existen muchas iniciativas en marcha (ver en este sentido el contenido del debate que se produjo sobre la viabilidad de la colaboración público-privada en el ámbito del empleo en Esade el pasado mes de abril (accesible en ¿Qué funciona en las políticas activas de empleo? Explorando avances en la colaboración público-privada – Ingeus pero tenemos que lamentar que estos procesos sean más la consecuencia de iniciativas individuales, que el resultado de una estrategia y un esfuerzo institucional previamente planificado.
Sobre estos temas encontraréis diversas reflexiones en este blog y específicamente os invito a leer el post https://pauhortal.com/pecados-capitales-en-la-gestion-de-las-politicas-activas-version-2023/ en el que me refiero a los 5 Pecados capitales que no deberíamos de cometer en la gestión de las Políticas Activas de empleo.
Podemos darle muchas vueltas al diagnóstico, pero seguiremos sin abordar la raíz del problema mientras no seamos capaces de implementar un modelo flexible de gestión de las políticas activas, gestionado desde perspectivas exclusivamente técnicas, bajo criterios de coordinación válidos y razonables y dotadas de mecanismos objetivos de validación y valoración de sus resultados. Somos conscientes que no será fácil, pero es que en ello nos jugamos mucho.
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