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Uno de los cambios más relevantes y que probablemente se consolidarán en en el futuro más cercano es el del número de profesionales que optan por desarrollar su trayectoria en los entornos del autoempleo.

La primera pregunta que debes de formularte (si estás planteándote una alternativa empresarial) es la de ¿Cuáles son las claves para el éxito de mi proyecto? porqué aunque es probable que fuera más fácil debes de pensar que no existe una fórmula mágica que si la sigues al pie de la letra te llevará directamente al éxito.

Aunque suponiendo que exista una oportunidad de mercado en el producto o servicio que sea objeto de tu proyecto, que este suponga la puesta en marcha de una innovación que sea aceptada por tus clientes, o que te acompañe un poco de suerte no existe una fórmula para el éxito. Lo que no es óbice para que pueda arriesgarme a afirmar que, salvo contadas excepciones, existe una relación directa entre éxito y calidad y cantidad del esfuerzo desarrollado en el proyecto.


Así que quien ha logrado que su proyecto (personal o profesional) sea un éxito es porque está motivado para conseguir el objetivo y se esfuerza en su consecución. 


Partiendo de estas tres variables, considero que existen cinco actitudes que has de adoptar y que serán las bases o fundamentos en las que con toda probabilidad se basará el éxito de tu proyecto.:

Constancia: Si es tu sueño persíguelo. Las buenas ideas no son sinónimo de un camino fácil; el éxito no es algo que se consigue sin esfuerzo (o en todo caso, es algo excepcional). Tómate las criticas (si son constructivas) como un regalo que te hacen para aportar valor a tu proyecto.

Flexibilidad: Supone que debes de tener la astucia necesaria para captar los mensajes que recibas y adaptar tu proyecto. Supone que haciendo caso a tu instinto se capaz de seguir todos los caminos o recovecos que te pueden llevar al éxito.

Concentración: Focalízate en tu proyecto y abandono cualquier otra actividad que pueda hacerte perder el foco. Concentra todos tus esfuerzos en tu proyecto. Céntrate y concéntrate en tu objetivo. Pensar en tu objetivo y en lo que necesitas para conseguirlo te permitirá descubrir oportunidades e ideas que posiblemente en otro momento o situación habrías dejado pasar sin percatarte.

Optimismo: No dejes nunca de divertirte. El camino puede ser duro, pero también debe de ser motivante, estimulante y divertido. Supone saber enfrentarse positivamente a los obstáculos que vas a encontrar en tu camino.

No tener miedo: El miedo forma parte del proceso. Posiblemente, en muchas situaciones una voz interior te querrá convencer que te estás equivocando, que debes dejarlo, que no es bueno soñar… Pilar Jericó afirma que “los miedos nos hacen ser conscientes de las dificultades y los problemas, pero no debemos dejar que nos bloqueen (ni convertirse) en algo tóxico que merme tu talento y te impida desarrollarte y arriesgar”.

“Con respecto al futuro, hay tres tipos de personas: los que dejan que ocurra, los que hacen que ocurra y los que preguntan qué ocurrió” John M. Richardson.