A finales del pasado mes de Octubre se celebró en Barcelona la Jornada sobre Políticas Activas de Empleo en el marco de la Presidencia Española de la UE.
En la fase final del acto Gerardo Gutiérrez (director general del SEPE) planteó una serie de conclusiones en respuesta a la cuestión que aparece en el título de esta reflexión. Una exposición accesible en el link siguiente. Las Políticas Activas de Empleo, Pilar del Año Europeo de las Competencias (2ª parte) – YouTube Os confirmo que su intervención la encontraréis a partir del minuto 04,37,22.
A lo largo de los dos días de la jornada se analizaron los cambios que se están produciendo en el mercado de trabajo, y se debatió desde una perspectiva amplia y global (con representantes de muchos de los miembros de la UE) su incidencia en las competencias de las personas, así como las medidas que deberíamos de adoptarse (desde los propios Servicios Públicos de Empleo, las empresas y organizaciones y los interlocutores sociales) con el objeto de conseguir mejorar la eficiencia en la gestión de los recursos consiguiendo mejoras en la empleabilidad de las personas en general y de los demandantes de empleo en particular. También se recordó que las Políticas Activas de empleo son la herramienta fundamental para lograr los objetivos del Año Europeo de las Competencias y del Pilar Europeo de Derechos Sociales.
He aquí un resumen de las reflexiones/propuestas/retos planteados por Gerardo, (evidentemente estructuradas y aderezadas con mis propios criterios personales) y que abarcan, creo, al conjunto de problemas y retos con los que nos enfrentamos en este momento.
- La necesidad de reducir el impacto de los intereses políticos en la toma de decisiones en el marco normativo y en el de las políticas de empleo. Es prioritario que estás tengan como fundamento los elementos de carácter técnico y por tanto implementarse con el objetivo de tener como norte el desarrollo de las competencias profesionales y el de la empleabilidad.
- La toma de consciencia sobre las “tres transiciones” que estamos hoy viviendo: La demográfica, la digital y la medioambiental. Respecto a la primera es urgente encontrar nuevas alternativas para la gestión del problema migratorio y para dar respuesta a las demandas que se plantean en lo relativo al nuevo rol de la mujer y a la perspectiva de género.
- En lo relativo a la transición digital la necesidad de incorporar la tecnología y la gestión basada en datos como elemento consustancial con lo que supone como reto para los servicios de empleo.
- En lo que se refiere a la transición medioambiental la relevancia de dar trascendencia adecuada al desarrollo de la economía sostenible.
- La urgencia de establecer criterios de coordinación y colaboración entre las políticas de empleo y la de protección social superando determinados hábitos poco adecuados para dar respuesta a los retos de hoy, y seguir reforzando la dimensión que corresponde al diálogo social incorporando a la figura del consumidor en
- La necesidad de impulsar, superando las prevenciones existentes, la colaboración y la cooperación entre todos los actores y particularmente entre el sector público y el privado. Ello supone desde tomar consciencia que ambos sectores no pueden ni deben competir y que el sector público debe de estar abierto a incorporar los elementos que se han mostrado como eficaces y eficientes en el sector privado.
- La urgencia de introducir elementos de coordinación entre todos los actores tomando en cuenta la relevancia del factor local y de gestión de proximidad en las políticas de empleo.
- El impulso a los cambios en la gestión para facilitar una mejor respuesta a las necesidades de hoy. Ello supone desde reforzar la profesionalización en la gestión, el desarrollo tecnológico, el impulso al desarrollo de los agentes que participan en la gestión de las políticas activas hasta mejorar la capacidad de dar respuesta rápida a las necesidades del tejido empresarial y organizativo.
Hace algunos meses escribí en Apuntes «críticos» sobre la nueva Ley de Empleo – Pau Hortal sobre los factores positivos que en la línea de los planteamientos anteriores supone la ley 3/2023 de Empleo. Estoy convencido de que tenemos un marco legal que puede facilitar una mejor respuesta a estos retos. Sin embargo, la tarea es ingente y nos queda mucho camino por recorrer empezando por, una vez más, trabajar en la transformación de estos criterios generales en acciones concretas que además puedan ser valoradas y evaluadas bajo criterios de eficacia y eficiencia.
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