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Todos constatamos los cambios que se han producido en las organizaciones. Por una parte, el criterio de estabilidad y permanencia se ha roto. Por otra, el modelo de relación ha cambiado como consecuencia de:

  • Descentralización de las estructuras
  • Estrechamiento de las estructuras
  • Cesión de responsabilidades en función de los resultados
  • Fijación de estatus y remuneración con independencia de los criterios de antigüedad y jerarquía

La dinámica carrera-empleo ha cambiado totalmente. Los supervivientes de los procesos de reestructuración son conscientes de «tener un empleo» pero igualmente no saben si «tienen una carrera».

Probablemente -como muchos estudiosos han destacado- existe un ligamen inconsciente pero muy poderoso entre los individuos y las organizaciones para, aún en la situación de ruptura actual de muchos de los paradigmas que han fundamentado la relación empresa-empleado, seguir preservando elementos claves de la relación tradicional y del criterio de lealtad.