Para finalizar el conjunto de reflexiones de esta serie recordaros y reiteraros el argumento formulado en el primero de los dos posts de esta serie.
Un argumento que puedo resumir de la forma siguiente: No nos engañemos, seguimos gestionando el empleo bajo criterios básicamente burocráticos y de control, dando prevalencia a elementos e intereses políticos sobre los de carácter técnico, con una falta de coordinación y colaboración entre los diferentes actores, a través de una gestión que adolece de falta de transparencia y de una valoración objetiva de sus resultados.
Y todo ello tomando en cuenta que no hemos tenido la voluntad suficiente para implementar muchas de las medidas que incorpora la Ley 3/2023 de Empleo, lo que, como también he escrito, no es más que una muestra de que (en éste ámbito) los buenos deseos e intenciones se reservan a los conceptos formales (principios e incluso normativas generales) pero que finalmente no son aplicados (o lo son en direcciones erróneas) como consecuencia de la prevalencia de determinados intereses cortoplacistas de carácter político.
¿Qué sentido tiene hablar de colaboración y cooperación, de trasparencia, de mejorar la gestión si luego repetimos los mismos mecanismos y procedimientos que se han venido desarrollando en el pasado con los resultados por todos conocidos?
Para terminar, algunos podéis pensar que soy un iluso cuando propongo que la solución pasa por desarrollar un esquema racional y objetivo de separación de roles entre todos los actores. Un sistema que debería de tener como primer hito el de la separación entre la gestión (que no la definición) de las políticas pasivas (prestaciones) de la de las activas (orientación e inserción). Y continuar por un modelo basado en un escenario como el siguiente:
- Que la estructura central del SEPE se destinase exclusivamente a la formulación de políticas y a la evaluación y el control, y a la gestión del Espacio de Datos global del Sistema transfiriendo el resto de las actividades a los operadores públicos o privados más cercanos a la realidad social y/o económica.
- Que las estructuras centrales de las CCAA se destinarán a la programación y ejecución de estas políticas de acuerdo con los criterios definidos a nivel estatal.
- Que las estructuras territoriales del conjunto de los SPEs realizan la acogida de los desempleados y un primer diagnóstico relacionado con la evaluación de empleabilidad la definición de sus motivaciones y de los servicios que precisa para su reinserción profesional orientando a los usuarios sobre la oferta de servicios disponible y sobre las entidades colaboradoras más apropiadas para su perfil profesional.
- Que el sistema actúa con la diligencia necesaria para facilitar los servicios y las recomendaciones adecuadas al perfil profesional de cada uno de sus usuarios. Para ello dispone de una API de servicios adaptada a cada perfil profesional.
- Que el conjunto de actores SPEs y Agentes Colaboradores actúan de forma coordinada y colaborativa con objeto de incidir positivamente en la inserción de los desempleados. Ello exige el desarrollo de modelos de gestión común que permita analizar los resultados y sus causas e implementar de forma inmediata las medidas correctoras necesarias.
- Que se dispone de un método de prospección y análisis de las necesidades del mercado accesible a todos los operadores que actúan en cada ámbito local generando una oferta formativa y de servicios adaptada a las necesidades del tejido organizativo y empresarial.
- Que se han generado unas dinámicas dirigidas a facilitar el desarrollo profesional y la estabilidad laboral de todos los equipos humanos de las entidades colaboradoras que desincentive su interés en acceder al Sector Público a través de un sistema de incentivos individuales que se dirijan a primar la aportación de valor, la eficiencia en la gestión y la consecución de resultados.
Un sistema simple, sencillo y fácil, aunque su implementación sea compleja en la medida de que colisiona con determinados intereses de los diferentes actores que operan en el sistema aunque perfectamente factible contando con el apoyo de la Inteligencia Artificial. Un modelo que facilitaría mejorar desde el tratamiento de los desempleados, permitiría desarrollar un modelo de orientación individualizada, incrementaría la eficiencia, evitaría las redundancias en la gestión, y permitiría incrementar los resultados alcanzados por el conjunto del Sistema.
Unas propuestas que, sin embargo, y como consecuencia de todo tipo de reticencias y de frenos impuestos por quienes tienen la capacidad y la fuerza para desbloquear la situación, suelen quedarse en los “entornos académicos” y en medios como este blog, mientras que, a pesar de la mejoría económica que estamos viviendo, seguimos con niveles de desempleo que siguen situándonos muy por encima de lo que sería razonable para nuestra estructura económica.
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