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Aunque resulte difícil de entender y evidentemente difícil de aplicar, las inversiones en tecnología para la gestión empresarial no deberían de haberse visto afectadas por la situación de crisis. La tecnología es clave para la consecución de resultados.

No nos olvidemos que, y más si además estamos inmersos en procesos de reestructuración, es en estos momentos cuando la necesidad de alinear y motivar a los empleados que se quedan, importa más que cualquier otra acción posible.

En tiempos de crisis deberíamos invertir en algo más que en los procesos de reestructuración de plantillas.

Seamos francos. El rendimiento de cada empleado, su motivación, su alineamiento con la misión empresarial, son fundamentales para la consecución de los objetivos de una organización. Creo que todos podemos estar de acuerdo con esta afirmación aunque probablemente casi todos, sin embargo, pensemos que conseguir este alineamiento, esta motivación, es una de las tareas más difícil y a veces hasta imposible de la gestión empresarial

Son muchas las compañías que cuentan con un amplio número de herramientas y parámetros para analizar y realizar el seguimiento global de sus resultados empresariales. Sin embargo, muy pocas cuentan con sistemas que les permitan saber con detalle de qué modo los empleados consiguen sus resultados. Muy pocos directivos pueden afirmar realmente “Cuento con herramientas que me dicen en qué trabaja cada uno de mis empleados y con qué eficacia lo hace”.

Esta falta de análisis del rendimiento de los recursos humanos resulta sorprendente cuando, al margen de que existen ya herramientas capaces de medir y facilitar esta información, hoy los empleados son la clave fundamental para la consecución de los resultados organizacionales y probablemente la mayor partida de costes.

No nos olvidemos que a igualdad de factores y de tecnologías lo que diferencia a unas organizaciones de otras es su factor humano. Tan importante como la estrategia es su ejecución.

McKinsey ha publicado sus estudios sobre el rendimiento del factor humano en el libro “La guerra por el talento”. En él se concluye que el rendimiento entre los empleados que registran resultados superiores a la media y los mediocres puede representar una diferencia de entre 1,5 y 3 puntos. Otros, como Peter Cappelli consideran que en algunos casos la diferencia de aportación se sitúa en 5 puntos. Si queremos mejorar la aportación de nuestros empleados existen pocas acciones más eficaces que controlar con firmeza esta variación.

Muchas organizaciones cuentan ya con sistemas que les permiten analizar, aunque sea una vez al año, los niveles de rendimiento de sus empleados. Sin embargo muchas veces la obtención de esta información exige un volumen ingente de recursos para hacerla manejable y gestionable por los directivos, al margen de que nos aseguremos que constituya un reflejo de la realidad.

Las herramientas que ya a nuestra disposición están pensadas, diseñadas y desarrolladas para dar respuestas a estas necesidades. ¿Cúantos directivos de línea utilizan hoy en su gestión diaria la información sobre sus recursos humanos que están disponibles en el ERP corporativo?. ¿Cúanto podría incrementarse la productividad si este tipo de informaciones estuvieran a disposición de los directivos para ayudarles en su día a día?.

Los análisis realizados con clientes que ya usan estas herramientas confirman que es posible reducir sustancialmente el porcentaje de empleados mediocres y incrementar el número de aquellos que registran resultados superiores a la media. Conseguir incrementos de productividad del 3% con el mismo nivel de recursos y sin excesivos costes de implantación y desarrollo de herramientas informáticas es hoy perfectamente posible. Las plataformas SaaS ayudan a mejorar la productividad.

Un ejemplo: Si se asigna a los empleados que registran resultados superiores a la media un factor de productividad de 2, a los que se sitúan en la media de 1 y a los mediocres de 0,5, una empresa de 10.000 empleados obtendría un factor de mejora de la productividad del 5,4%. El aumento de la productividad, considerado desde el punto de vista del coste directo de la mano de obra (si se supone un salario anual medio de 33.000 euros), equivale a 18M de Euros. En lo que a los ingresos se refiere (suponiendo unos ingresos totales de 1.400M de Euros), el aumento de la productividad equivale a 80,2M.

La experiencia en la implantación de las herramientas SaaS muestran que, cuanto más estratégicamente una organización utiliza el software de gestión del rendimiento, mayores posibilidades tiene de obtener incrementos de productividad.

Y utilizarlo estratégicamente significa que la organización hace el esfuerzo por trasladar la gestión del día a la línea jerárquica dejando al área de RRHH estrictamente con una función de soporte. Con lo que se consigue al mismo tiempo cumplir, realmente, con el objetivo de que sea el propio directivo el gestor de sus recursos humanos.

Si una organización es capaz de asignar el talento adecuado a los puestos apropiados, y si proporciona a sus altos cargos y ejecutivos una visibilidad en tiempo real para controlar, medir e influir en el rendimiento de sus empleados, sacará un rendimiento mejor.

Muchas grandes y medianas organizaciones en el mundo, han descubierto que con una inversión poco relevante han conseguido contar con una ventaja temporal de la que sacar provecho antes de que esta diferencia competitiva se adopte de forma general. Han conseguido obtener resultados en su balance, beneficiando no sólo a sus accionistas, sino también a sus clientes y a sus empleados.