Tiempo de lectura: < 1 minuto

La planificación a largo plazo de tu carrera profesional no es un tema fácil. Sin embargo, existen una serie de conceptos que ayudan a borrar interrogantes en tal asunto.

Autodesarrollo: La carrera profesional ha de ser un proceso de autodesarrollo que se inicia a partir de un ritmo basado en el paso a paso. Hay que evitar caer en sueños y grandes objetivos que entrañan demasiado riesgo.

Adaptación al trabajo: La evolución de una carrera profesional se basa en encontrar el equilibrio justo entre uno mismo y su trabajo. Hay que tener en cuenta que la principal bolsa de trabajo de uno mismo es la propia empresa en la que se trabaja.

Una vida equilibrada: Una carrera profesional implica encontrar el equilibrio en el terreno físico, mental y social.

La consecución de una buena carrera profesional pasa por el buen conocimiento de uno mismo.

Aquí, planteamos algunas de las preguntas más frecuentes para llegar a ello.

¿Cuál es mi foco de tu competencia profesional?. La competencia de uno mismo se logra a partir de los éxitos, fracasos y resultados que has ido obteniendo tu mismo.

¿Cómo podrías describir tu personalidad? Saber tus talentos, cualidades, defectos, inquietudes puede resultar muy esclarecedor. Pero, a menudo, analizarse a uno mismo entraña dificultades. A veces tu entorno -pareja, familia, amistades- sabe más de ti mismo de lo que piensas.

¿Qué es importante para ti en el trabajo? ¿Qué te motiva?: La experiencia que has dejado atrás sirve como marco comparativo para determinar si te encuentras más a gusto ahora que antes o al revés.

Recuerda que planificar tu carrera profesional empieza de la misma manera que leer un mapa: definiendo dos puntos para determinar donde estás actualmente y donde quieres estar en el futuro.