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El «trabajo» o empleo se está viendo afectado hoy por diferentes elementos. Desde la crisis hasta la implantación de la tecnología en los procesos productivos.

Al margen de los cambios producidos por el impacto de la crisis que lamentablemente siguen provocando efectos perversos que he analizado en otros momentos lo que constato es que estamos viviendo otro tipo de cambios como consecuencia de que la cada vez más relevante implantación de la tecnología en los procesos productivos.La tecnología nos permite hacer independiente el hecho de trabajar de una presencia física en un entorno determinado ademas de estar en situación de permanente disponibilidad.

Los conceptos de lugar y tiempo de trabajo (excepto en las tareas tradicionales relacionadas con la producción y los servicios a las personas) están desapareciendo.

A partir del momento en que muchas de las actividades pueden desarrollarse desde cualquier sitio y fuera de un horario de trabajo determinado nos hemos puesto a rediseñar el espacio para optimizar el hecho de que cada persona puede estar donde desee en función de sus preferencias o necesidades en cada momento, y ofrecer como principal ventaja para una relación física la conveniencia y la interacción social.

He aquí algunas reflexiones personales sobre como es el «trabajo» en el que estamos y el que parece no hará más que consolidarse en los próximos años.

  • Desaparición del concepto de carrera. Ya no existirá el modelo de carrera en que uno se forma específicamente para un propósito y lo desempeña durante toda su vida profesional. Los individuos son los responsables de su empleabilidad presente y futura. Un profesional podrá trabajar en más de 10 actividades distintas a lo largo de su vida.
  • Trabajaremos casi siempre sin ninguna seguridad de futuro. Los expertos coinciden en que estaremos trabajando durante más tiempo (por el alargamiento natural de la esperanza de vida) pero siempre bajo una situación de inseguridad a medio plazo. Trabajos por proyectos, en formato temporal, actividades independientes etc serán cada vez más comunes.
  • Desaparición en muchas actividades del lugar de trabajo «formal». El concepto de co-working, para referirse a zonas abiertas en las que la gente trabaja de forma autónoma, se ha puesto de moda recientemente y parece seguirá en alza. Excepto en las actividades «productivas» y en los servicios personales la tendencia es a mantener un sitio corporativo, será mucho más reducido y la gente solo irá allí cuando sea imprescindible.
  • Elevada flexibilidad en el concepto de tiempo de trabajo. A cambio de condiciones flexibles, aceptaremos una disponibilidad casi permanente: un mensaje instantáneo o un correo electrónico puede demandar nuestra atención a prácticamente cualquier hora.
  • Eliminación de los oficios o tareas tradicionales. En este aspecto se han centrado históricamente las predicciones acerca de los cambios futuros en la vida laboral. La robotización o inteligencia artificial (o segunda era de las máquinas) esta ya aquí entre nosotros. En 5 años los robots serán capaces de reproducir con bastante fidelidad la mayor parte de los gestos realizados por el ser humano y esto conllevará la desaparición de muchos de los empleos o trabajos que hoy denominamos «manuales» y otros muchos que no lo son tanto.
  • Achatamiento de las estructuras. En contra del modelo jerárquico tradicional, se está produciendo una tendencia imparable al achatamiento de las estructuras. Paralelamente cambia el modelo de liderazgo que tenderá a ser mucho más difuso y colaborativo.
  • Cambio de sentido de lo que hoy denominamos jubilación. El concepto de «jubilación» será completamente obsoleto. La robotización y el alargamiento de la vida de la mayoría de la población hará que el concepto de jubilación como «parón total» quede reducido simplemente a aquel periodo en que se produzca una imposibilidad real de desarrollar cualquier tipo de actividad.

El trabajo del futuro no será más que la consecuencia de los nuevos modelos organizativos impulsados por el desarrollo de la tecnología y el resultado de la puesta en marcha de estos cambios. En definitiva un proceso imparable, que salvo catástrofe, se alimentará a si mismo.

Por tanto «el gato que se come la cola». La segunda revolución de las máquinas (inteligencia artificial) va a impulsar la redifición de muchos conceptos y el del entorno corporativo no será una excepción.

El trabajo del futuro no va a tener nada que ver con el que vivieron nuestros padres o el que hemos vivido las generaciones nacidas hasta los 80. Plantearse los entornos laborales como lo hacíamos hace tan solo 15 años, salvo una catástrofe, resultará insostenible,  (y se produce una catástrofe volveremos probablemente a entornos de hace 200 años).

Por ello necesitaremos rediseñar los entornos corporativos tanto en sus aspectos formales como estructurales. Los ámbitos de relación o bien se mantendrán a través de los medios tecnológicos o bien mediante áreas de colaboración abiertas para maximizar la interacción y en unos entornos que si se manejan bien pueden incluso llegar a ser más productivos, enriquecedores, creativos y humanizados.

Estoy convencido de que de la forma en que las organizaciones sean capaces de materializar esos cambios dependerá su capacidad para atraer y gestionar el talento que precisarán para conseguir sus objetivos. 

La forma de trabajar impulsa un cambio en las organizaciones y éstas impulsan también el cambio.  Es la hora de que aprovechemos lo que tenemos a nuestro alcance para repensar muchas cosas y no dejarnos llevar solamente por la vorágine. 

Por cierto os invito a leer el libro al que hace referencia el link siguiente: http://andrewmcafee.org/the-second-machine-age-the-book-and-the-blurbs/