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Como los lectores de mi blog sabéis estoy dedicando una parte importante de mi actividad profesional a la puesta en marcha y consolidación del proyecto de la Fundación Ergon.

Un proyecto del que podeis tener más información en www.fundacionergon.org centrado en debate, el análisis y la formulación de propuestas sobre el empleo y su futuro.

En materia de empleo no faltan las buenas intenciones, pero lo que sí parece poco apropiado es la falta de criterio en la decisión y puesta en marcha de políticas que ataquen los problemas. Una falta de criterio claramente constatable en tres de los grandes retos que debemos de afrontar desde una perspectiva laboral. A saber: El gasto y la gestión en políticas activas, la regulación de los nuevos formatos de prestación laboral y la implantación de la Renta Mínima Universal.


Aunque es cierto que la pandemia ha cambiado las prioridades y nos hemos tenido que centrar en su resolución, los tres ámbitos que describo son de resolución urgente si lo que queremos, de verdad, resolver los problemas con los que nos enfrentamos en materia de empleo.


Luis Garicano, formuló en plena pandemia y antes del acuerdo de la UE sobre los fondos de recuperación económica una serie de propuestas (accesibles en  https://twitter.com/lugaricano/status/1268883212601884678?s=12) muy válidas aunque le falto formular el cómo… en otras palabras qué y cómo hay que hacerlo para que todo lo que propones se gestione con sentido y criterio, cambiando las dinámicas partidistas actuales e incorporando a todos los sectores en la solución. Una solución que en lo que se refiere al gasto en políticas activas bajo ningún supuesto puede formularse bajo los mismos criterios que se han venido implementando en el periodo pre-covid19. Las nuevas políticas activas deben de estar centradas en la resolución de retos como la vinculación entre los procesos de formación/aprendizaje y el empleo, la digitalización y la formación y el desarrollo de los profesionales dedicados a la gestión de las mismas.

Respecto al tema de las Rentas Mínimas (recordemos que hemos optado por poner en marcha un SMV –salario mínimo vital-), y al margen de los problemas en su implementación conviene recordar lo ocurrido en Andalucía en los últimos 30 años y la experiencia del País Vasco con la Renta de Inserción. Tenemos una tendencia natural a complicar las cosas, a generar procesos administrativos, a que las medidas a implementar se formulen bajo criterios oportunistas y electoralistas cuando lo que deberíamos de hacer es evitar el uso «partidista» de las prestaciones y recursos públicos y el riesgo de duplicidades e intereses entre el centro y la periferia. Y lo digo reconociendo mi posición política soberanistas respecto al futuro de Cataluña. Creo que el camino iniciado es claramente equivocado y que no va a resolver ni el problema de la pobreza ni el problema de los colectivos sin acceso al empleo.

Por último respecto a los nuevos formatos laborales (un ámbito que estamos analizando en la Fundación Ergon a través de un proceso que denominamos diálogos cuyos avances y conclusiones son accesibles en nuestra web, hemos de partir del principio de que algunas de las condiciones de los “trabajadores” que dan soporte a estas nuevas actividades nos plantean realidades laborales más propias del siglo XIX que del siglo XXI ( por cierto 200 años de diferencia pero solo un cambio de posicion en una letra). El problema reside en, una vez más, en el «concepto social» y en el uso que los ciudadanos hacemos de estos servicios.

No es posible que todos estemos centrados en el reciclaje, que nos preocupemos por el medio ambiente y que posteriormente hagamos uso de un servicio que como he dicho sitúa a muchos de los que lo prestan en condiciones que no aceptaríamos para nosotros mismos. Otra cosa es que partiendo de un principio básico -relación laboral- deban de establecerse algunas condiciones especiales para este tipo de actividades.

Volviendo a Luis Garicano. En au comparecencia ante el parlamento formula una reflexión final que pone los pelos de punta. Así es como nos enfrentamos en España ante el problema del empleo. Durante los últimos 40 años venimos hablando de estos mismos problemas mientras que la realidad es la siguiente:

  • 1976 (20% de desempleo),
  • 2010 (20% de desempleo),
  • 2021 (21% según las previsiones del BE)

¿Qué estamos haciendo?…..No nos engañemos este es el entorno que hemos construido entre todos.