Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace algún tiempo cayó en mis manos una historia que explica “para lo más lerdos como yo mismo” la crisis del sector financiero.

Una crisis que hemos vivido todos (2007-2008) y cuyo impacto ha cambiado muchas vidas. Una crisis que, de nuevo, algunos auguran que esta «en puertas» porqué como dice el refrán “el ser humano es el único que tropieza dos veces en la misma piedra”. Por cierto, podéis acceder a esta “historia” en el blog de Jorge Silvia @jorbasmar o en el link https://blogs.elcorreo.com/jorbasmar/2010/07/20/el-bar-heidi-nos-explica-crisis-bancaria/

“Heidi es la propietaria de un bar en Berlín. Como es natural, quiere aumentar las ventas, y decide permitir que sus clientes, la mayoría de los cuales son alcohólicos en paro, beban hoy y paguen otro día. Va anotando en un cuaderno todo lo que consume cada uno de sus clientes. Esta es una manera como otra cualquiera de concederles préstamos.

Muy pronto, gracias al boca a boca, el bar se empieza a llenar de más clientes. Como sus clientes no tienen que pagar al instante, Heidi decide aumentar los beneficios subiendo el precio de la cerveza y del vino, que son las bebidas que sus clientes consumen en mayor cantidad, y el margen de beneficios aumenta vertiginosamente.

Un empleado del banco más cercano, una persona muy emprendedora que trabaja de director en la sección de servicio al cliente, se da cuenta de que las deudas de los clientes del bar son activos de alto valor, y decide aumentar la cantidad del préstamo a Heidi. El empleado del banco no ve ninguna razón para preocuparse, ya que el préstamo bancario tiene como base para su devolución las deudas de los clientes del bar.

En las oficinas del banco los directivos convierten estos activos bancarios en “bebida-bonos” y “alco-bonos” bancarios. Estos bonos pasan a comercializarse y a cambiar de manos en el mercado financiero internacional. Nadie comprende en realidad qué significan los nombres tan raros de esos bonos; tampoco entienden qué garantía tienen, ni siquiera si tienen alguna garantía. Pero como los precios de las bebidas siguen subiendo constantemente, el valor de los bonos sube también constantemente.

Sin embargo y aunque los precios aumentan, un día un asesor de riesgos financieros que trabaja en el mismo banco (asesor al que por cierto despiden pronto a causa de su pesimismo) decide que ha llegado el momento de demandar el pago de las deudas de los clientes del bar de Heidi. Pero estos, claro está, no pueden pagar las deudas, y Heidi no puede devolver sus préstamos bancarios y entra en bancarrota. Los “bebida-bonos” sufren una caída de un 95% de su valor. Los “alco-bonos” van ligeramente mejor, ya que sólo caen un 80%.

Las compañías que proveen al bar de Heidi, que le dieron largos plazos para los pagos y que también adquirieron bonos cuando su precio empezó a subir, se ven afectados por la crisis. El proveedor de vinos entra en bancarrota, y el proveedor de cerveza tiene que vender el negocio a otra compañía de la competencia».

Recordemos que la crisis financiera se resolvió cuando después de un periodo de penurias los gobiernos (con el dinero de todos) intervinieron en las entidades financieras y con la introducción de nuevas tasas e impuestos (pagadas por todos, incluidos los que no habían tenido ninguna responsabilidad en la gestión previa a la crísis que terminarán condicionando nuestras vidas y las de las futuras generaciones.

No tenemos ninguna seguridad de que lo que vivimos en 2008 vuelva a ocurrir de nuevo…. ¿verdad?.