La pasada semana se celebraron en Barcelona dos eventos relacionados con el mundo del trabajo y del empleo. De una parte, el “Primer Congrés Català del Treball” y de otra el JOBarcelona23.
El primero organizado por el Departament de Treball de la Generalitat se planteaba con el propósito de realizar “un análisis de las transformaciones que vive el mundo del trabajo y de las tendencias que a corto, medio y largo plazo» vamos a vivir/sufrir en la perspectiva del desarrollo de l´Estratègia Catalana del Treball 2030″, el segundo, de organización privada se definía como un “espacio de encuentro entre candidatos y empresas”. Mientras que el primero respondía a un formato organizativo más o menos clásico centrado en ponencias y mesas de trabajo, el segundo se ha planteado como un marketplace de oferta y demanda de oportunidades de empleo. Es evidente que ambos eventos estaban centrados en un mismo núcleo temático, aunque sus planteamientos, formatos y mecanismos fueron totalmente diferentes.
De entrada mostrar mi felicitación al Departament de Treball de la Generalitat por la puesta en marcha de una iniciativa como la analizada, aunque al mismo tiempo, me pregunto si ésta no debería de plantearse con un formato diferente y más innovador en el futuro. Un formato en el que se garantice la participación de todos los actores y en el que el propio evento (Congrès) no sea el punto de inicio del proceso sino el final. En otras palabras, un evento (que entiendo se plantea como de carácter anual), que sea el entorno en el que se presenten y se pongan en común los resultados de un trabajo realizado previamente, en el que participen todos aquellos que tienen algo que decir sobre estas materias y en el que se concreten las acciones a desarrollar con objeto de dar respuesta a los retos planteados en el análisis previo.
Dicen que resolver un problema hay que empezar por hacerse las preguntas correctas. No sé si las preguntas que figuran a continuación sean las correctas ni tan sólo las prioritarias. Sin embargo sí que estoy convencido de que la respuesta a las mismas condicionará la “Estratègia Catalana del Treball 2030” y que alguna de ellas no fué ni tan sólo planteada en el transcurso de las ponencias y debates del «Congrès».
- ¿Podemos seguir pensando y debatiendo en formatos conceptuales manteniéndonos de espaldas a la realidad de lo que ocurre en el día a día del mundo de trabajo?. Por ejemplo sin escuchar lo que sufren y piensan el colectivo de jóvenes que buscan sus primeras alternativas profesionales,
- ¿Cómo dar respuesta a la problemática cada vez más acuciante del colectivo de desempleados de larga duración y a la de los profesionales seniors que son reiteradamente expulsados del mercado de trabajo ?
- ¿Qué debemos hacer para diseñar y mejorar la gestión de las políticas activas incorporando la IA?,
- ¿Qué acciones concretas debemos de llevar a cabo para implementar la formación dual en un entorno económico básicamente centrado en pymes?,
- ¿Qué hacer en el entorno educativo para que éste un actor clave en los procesos de desarrollo a largo plazo de la empleabilidad de las personas?,
- ¿Cómo potenciar la colaboración público-privada en la gestión del empleo, más allá de las retóricas que se plantean o proponen desde ambas partes?
He escrito en repetidas ocasiones en este blog, por ejemplo en https://pauhortal.com/futuro-y-futuro-del-empleo sobre los retos del futuro en los ámbitos del trabajo y del empleo. Llevo personalmente y con mis colegas de la FUNDACION ERGON www.fundacionergon.org reflexionando durante los últimos años sobre el conjunto de propuestas e iniciativas que deberíamos desarrollar para mejorar la gestión de nuestro mercado de trabajo y cómo podríamos corregir y/o mitigar el impacto de los procesos de transformación con medidas que no exijan grandes cambios normativos, pero sí una voluntad de afrontar los problemas desde una perspectiva diferente, por ejemplo a través de nuevos mecanismos de colaboración entre los diferentes actores.
Volviendo al “Congrès” quiero destacar las reflexiones que me causaron mayor impacto;
Por parte de Jeremy Rifkin:
- No podemos controlar lo que ocurre, pero si tenemos una gran capacidad de adaptación.
- Nos quedan 20 años para definir y elaborar el manual de la existencia del ser humano.
- Tenemos los mercados, la tecnología y los recursos. Nos falta voluntad.
- La inteligencia artificial se basa en lo que ya ha ocurrido… no en lo que puede ocurrir.
- La capacidad clave del ser humano es la adaptabilidad.
Por parte de Genís Roca:
- Capitalismo y trabajo van juntos.
- Sólo estamos empezando a entrever la transformación que va a ocurrir en el mundo del trabajo.
- El cambio, sobre el que no hay marcha atrás, es difícil de imaginar y de anticipar.
- No tenemos un problema de trabajo/empleo sino de distribución de la riqueza.
- No resolveremos los retos del mundo del trabajo sin una gobernanza global.
Y las que plantearon el resto de participantes:
- Somos hijos de la sociedad industrial y padres de la digital.
- El sistema educativo no está preparado para facilitar y/o desarrollar las habilidades que se demandarán en el futuro.
- El análisis del futuro pasan por la suma de datos, evidencias y transparencia.
- Debemos cambiar el foco de los procesos formativos y ello pasa por dar prevalencia a la formación técnica y profesional.
- No tiene sentido concentrar la etapa formativa en tan sólo el 25% de la vida humana.
Para terminar estas reflexiones quiero recordaros el debate que mantuvimos en 2018 y que unos meses después alumbró el nacimiento de la FUNDACION ERGON. Un debate que surgió ante una pregunta como ¿Tiene el empleo futuro? que no es de fácil respuesta pero que es necesario plantearse. Una respuesta que nos debería de permitir afrontar los cambios en los modelos sociales, la existencia de grandes colectivos excluidos del mercado de trabajo, la reducción de las llamadas clases medias y el incremento de la desigualdad social. Y aunque puedo estar de acuerdo con Rifkin sobre las posibilidades que ofrece la adaptabilidad y la resilencia del ser humano tenemos que ser conscientes que debemos de intentar dirigir y controlar un proceso que nos plantea cambios relevantes en el significado del trabajo y, al hacerlo, nos obliga a establecer nuevos criterios para la vida humana.
Espero que la iniciativa del “Congrès» nos permita avanzar en este camino.
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