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Todos recordamos la fecha del viernes 13 de marzo del 2020.

Si hoy pudiéramos volver atrás constataríamos que conceptos como distancia social, mascarilla, confinamiento perimetral, trabajo a distancia, conferencias híbridas etc no formaban parte de nuestros hábitos comunicativos, Lo cierto es que, superado por lo que parece el periodo de pandemia, muchos de estos conceptos han pasado a formar parte de nuestras vidas de la misma forma que hemos consolidado nuevos comportamientos, desarrollado nuevas formas de establecer y gestionar las relaciones personales y establecido nuevas formas en las que recibimos determinado servicios. También en lo que entendemos hoy por trabajo.

Mucho se ha escrito sobre lo que ha ocurrido en este periodo y también sobre lo que puede ocurrir en el futuro en todos los ámbitos. En lo relacionado con los temas laborales puedo destacar desde las propuestas y previsiones formuladas por el World Economic Forum accesibles en https://www.weforum.org/focus/the-davos-agenda-2021, las formuladas organizaciones tan sólidas y fiables como PWC, Harvard Business School o el Boston Consulting group pasando por las que formulan entornos más cercanos como el  Future for Work institute https://www.futureforwork.com, o incluso las que yo mismo he formulado en diferentes reflexiones publicadas en este blog como las accesibles en Futuro y futuro del empleo (1) – Pau Hortal y en Transformación: Desaparecerá el trabajo (y 3) – Pau Hortal

Lo que os propongo a continuación es el ejercicio de formularme una serie de preguntas con el objeto de reflexionar conjuntamente sobre ellas. La idea es la de que cada año, por estas fechas, me formule estas mismas cuestiones y podamos tener en unos años la perspectiva sobre los cambios a los que estamos asistiendo.

La primera: ¿Cuáles de los cambios organizativos que estamos viviendo se convertirán en permanentes?

Reconociendo de entrada que en un año pusimos en marcha cambios e innovaciones que en una situación normal hubieran sido implementados en 5/6 años las que considero que finalmente se consolidarán son las siguientes: (a) La que podríamos resumir como prestaciones desempeñadas en remoto evitando o reduciendo el desplazamiento a un entorno laboral determinado, (b) la consolidación y relevancia de las formas de prestación basadas en el trabajo en equipos virtuales que suponen cambios culturales y/o organizativos de una cierta relevancia, pero que cada vez adquirirán más relevancia y (c) la confirmación de que pasamos a una nueva época en la que se van a intensificar los denominados nuevos formatos laborales que han iniciado un proceso de crecimiento exponencial como consecuencia de las nuevas disponibilidades tecnológicas y la existencia de plataformas que han sabido crear y dar respuesta a las nuevas necesidades (alguna de ellas incluso potenciadas por la pandemia).

La segunda: ¿Qué modificaciones van a sufrir los modelos organizativos y de liderazgo?

Nuevas formas laborales exigen nuevas formas de trabajar y nuevos modelos de liderazgo. Sin duda los roles y formas de ejercer el liderazgo se modificarán de la misma forma que deberán de crearse nuevas dinámicas para la evaluación de la contribución y nuevas políticas de compensación.

La tercera: ¿Qué cambios se han producido y cuáles se van a consolidar desde el punto de vista de las dinámicas personales?

Al margen de los profesionales que han perdido el empleo y a los que es probable que este tránsito suponga impactos relevantes y de aquellos que se han visto convertido en trabajadores esenciales el primero de los cambios que probablemente se consolide es el de la valoración social de determinadas actividades/empleos lo que conllevará un mayor interés y consideración social de las actividades sanitarias, de cuidado/atención a las personas, comercio y servicios personales etc.

Por otra parte, el distanciamiento social y la soledad pueden incluso tener impactos relevantes en la salud física y mental de muchas personas obligadas a reducir las interrelaciones sociales vinculadas a las actividades laborales. Para corregirlo van a tener que implantarse políticas específicas de gestión que favorezcan la presencia de entornos laborales híbridos cercanos a los domicilios personales o por otro tipo de dinámicas sociales, que serán imprescindibles implantar a corto o medio plazo.

Y la cuarta: Estamos constatando un incremento de las desigualdades sociales. ¿Es ésta una tendencia irreversible y duradera?

Deberemos ocuparnos del impacto de los nuevos contextos laborales en la salud y el bienestar mientras que son muchos los análisis que ponen el punto de mira en el hecho de que en este contexto muchas de las condiciones laborales se han deteriorado sustancialmente durante el periodo de pandemia. Otro de los ámbitos en los que vamos a asistir a nuevas estrategias de gestión dirigidas a consolidar los criterios de adhesión, motivación y compromiso con el propósito y los valores corporativos como a los derivados los problemas vinculados a los temas sanitarios (salud laboral, gestión del stress, etc).

El último de los cambios (y probablemente el más relevante) es el que deriva del incremento de la desigualdad social que se está produciendo como consecuencia del incremento de las tasas de desempleo como del incremento del volumen de prestaciones laborales que se fundamentan en condiciones contractuales distintas a lo que hoy consideramos como empleos normales o de calidad. Otra de las dinámicas que ya estábamos viviendo con anterioridad al mes de marzo pero que la pandemia ha convertido en un factor crítico y que ha llevado y llevará a consolidar las iniciativas de carácter social vinculadas al concepto de rentas mínimas o salario vital.


Mientras tanto nos queda la esperanza que la recuperación económica sea lo suficientemente rápida e importante para que la mayoría de los “trabajos” perdidos (lamentablemente deberemos empezar a pensar en términos de trabajo y no de empleo) puedan reconstruirse y que la digitalización y robotización genere nuevas actividades laborales hoy inexistentes. Si actuamos basados en los criterios de compromiso, consciencia, humidad, firmeza y motivación estoy plenamente convencidos de que no hay reto que no podamos afrontar con éxito