Tiempo de lectura: 3 minutos

Como directivos nuestro trabajo es la suma de un conjunto de tareas, reuniones (algunas formales y otras informales) y probablemente viajes. A veces nos resulta difícil aminorar la marcha, reflexionar, detenernos y repensar lo que estamos haciendo, donde vamos y como podemos mejorar. 

Si además este análisis se refiere no a nuestra tarea sino a nosotros mismos todavía la reflexión se hace algo más complicada. Cuantas veces nos paramos a pensar sobre nosotros mismos, lo que estamos haciendo, donde nos lleva todo esto y lo que de verdad queremos hacer en la vida. Probablemente muy pocas veces y de ahí la importancia que está adquiriendo el “coaching” en las vidas de muchos directivos.

Recientemente releí un artículo publicado con José Medina en Expansión en Mayo del 2007. Aunque han pasado 6 años además todos ellos influidos por la situación de crisis, considero que las cuestiones que proponía siguen siendo válidas. En el fondo la función de los directivos no ha cambiado tanto. He aquí mi adaptación personal sobre las cuestiones propuestas en el citado artículo.

¿Hasta que punto soy yo mismo hoy? Es totalmente necesario que como directivos nos formulemos de forma permanente esta pregunta. Es evidente que si la respuesta es negativa falta la motivación y la implicación necesaria para sacar lo mejor de uno mismo. Y no podemos olvidarnos que, finalmente, obtener éxitos en el puesto que uno ocupa hoy resulta clave para el desarrollo futuro. ¿Estoy satisfecho? ¿Si pudiera volver atrás que cambiaría?.

 ¿Cómo estoy en este contexto? Estoy suficientemente motivado y por otra parte recibiendo de mi empresa el trato que considero adecuado. ¿Estoy limitado?, ¿Puedo seguir creciendo y desarrollándome?, ¿Me aporta valor esta situación cara al futuro?. ¿Me levanto todos los días con la motivación para aportar lo mejor de mí mismo? ¿Recibo suficiente salario emocional?

 ¿Aporto y aprendo?. La consolidación y el crecimiento es el resultado –a nivel directivo- de la suma de aportar y aprender. Hago paralelamente algún tipo de aportación social.

 ¿Disfruto y me divierto con mi trabajo?. El aprendizaje y las posibilidades de desarrollo profesional y personal están en caso de los directivos muy unidos a las posibilidades de disfrute y satisfacción.

¿Tengo visibilidad sobre mi futuro profesional? ¿Tengo opciones de desarrollo futuro?. O lo que es lo mismo puedo en la situación actual, mi organización, mi puesto, obtener la visibilidad y los resultados que favorecerán mi desarrollo futuro.

 ¿Están alineados mis objetivos personales con lo que hago? Muchos directivos se proponen cambios profesionales cuando constatan que sus objetivos profesionales no están suficientemente alineados con los organizacionales.

¿Estoy actuando (de verdad) como responsable de mi propio desarrollo?. La gestión de la propia carrera es algo muy relevante. Todo directivo debe de actuar respecto a la misma como un emprendedor. José afirma en su artículo que en este tema es necesario ocupar el asiento del conductor. Estoy totalmente de acuerdo con él.

¿Me siento bien o mal utilizado?. Es muy importante la valoración que el propio directivo puede hacer sobre el hecho de que la organización está utilizando o no todas sus capacidades y las percepciones sobre si esta siendo bien o mal “utilizado” por esta.

¿Estoy motivado y satisfecho?. Me aporta lo suficiente el compromiso que estoy adquiriendo con mi organización. ¿En que momento de mi carrera estoy?. ¿Sigo creciendo o estoy estancado?

¿Qué debo/debería hacer?. ¿Cuáles son las decisiones que debería adoptar en función de las respuestas anteriores? El comentario más relevante aquí es el de no dejarse llevar por un análisis superficial. Encontrar a algún buen coach que nos apoye y pensar que no todas las alternativas han de pasar –y más en este momento- por el cambio profesional. Al mismo tiempo conviene no olvidarse de la posibilidad de iniciar algún tipo de iniciativa empresarial.

En todo caso si el resumen final no es satisfactorio ni estimulante será conveniente actuar. Recordemos que finalmente todos somos los arquitectos de nuestro propio destino y que finalmente la responsabilidad del desarrollo de nuestra propia carrera es de nosotros mismos.

.