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En esta época veraniega donde todo invita a reflexionar convendría que todos nos planteáramos ¿Qué tenemos que aprender, como sociedad, de una crisis como esta?

Las situaciones como las que estamos viviendo actúan, indudablemente, como incentivos para que como seres humanos nos replanteemos muchos de los principios y esquemas sobre los que fundamentamos nuestra existencia y como incentivos para superar la crisis que todavía estamos viviendo.

Debemos aprender de esta crisis y asumir la necesidad de cambios en los sistemas formativos y de aprendizaje, de organización de la ´cosa pública´ de la gestión organizativa, en la relación con el entorno etc. Debemos ser conscientes de la necesidad de un cambio de perspectiva sobre el cambio climático. También deberemos aprender que al mismo tiempo que “lo público” debe probablemente de seguir desarrollándose no podemos seguir gestionándolo cómo lo hemos hecho hasta este momento.


No soy inocente. Cuando todo esto termine vamos a tener multitud de incentivos para volver a nuestros hábitos, a retornar a la que podemos definir como “normalidad previa a la pandemia” Sin embargo, espero y de hecho estoy convencido de que de esta crisis emergerán nuevos valores.


A saber:

  • Todos somos uno. Esta ha sido, realmente, la primera crisis global. Hemos constatado que todos formamos parte de una misma especie cada vez más interconectada y que lo que pueda ocurrir en un punto recóndito del planeta termina afectando al conjunto. Hemos pasado de creernos indestructibles a tomar consciencia de nuestra vulnerabilidad. Si ello es así es de esperar que estos aprendizajes nos permitan revisar y modificar nuestra actitud global sobre los retos que tenemos enfrente en materia de medio ambiente y del cambio climático.
  • La relevancia del valor colectivo. Debemos ocuparnos de nuestro futuro individual pero también y con igual intensidad de nuestro futuro colectivo. Y cuando me refiero a este último aspecto lo hago pensando en la necesidad de encontrar el equilibrio entre competencia y colaboración. La crisis ha visto nacer nuevos vínculos, nuevas formas de solidaridad, nuevas formas de entender lo que nos une. una misma especie, que además está cada vez más interconectada. Espero que este principio nos ayude a reducir el crecimiento imparable de la desigualdad social y a corregir los niveles que ya tenemos.
  • La prevalencia de los aspectos relacionados con la seguridad. El miedo es una emoción básica ligada a la necesidad de supervivencia individual y como especie. Es probable que algunas de las sensaciones que hemos vivido o que estemos viviendo queden gravadas en nuestro sistema emocional lo que afectará a algunos de los principios que hasta ahora creíamos intocables. Me refiero al de la relevancia de la individualidad y que nos ha llevado, ya, a aceptar con toda normalidad requerimientos y obligaciones que jamás hubiésemos previsto aceptar de forma natural.  Esperemos que esta no sea finalmente una batalla perdida y que en el debate entre libertad y seguridad sepamos encontrar el equilibrio adecuado.
  • Empoderamiento individual. La crisis ha puesto en evidencia la relevancia del individuo frente a las organizaciones y puesto y cuestionando los principios y esquemas que hasta el momento habían sido considerados como “tabus” por el sistema democrático capitalista. Asistiremos a nuevas demandas de la sociedad civil, a replanteamientos de los formatos de representación política, a cambios en las estructuras organizativas hasta la forma en que estas gestionan basados en criterios de responsabilidad social. Probablemente veremos pronto cambios radicales en los esquemas de “responsabilidad” de las organizaciones, como también nuevas demandas relativas con los esquemas de representación política.

Estoy convencido de que, finalmente, superaremos sin ninguna duda esta tormenta, pero seamos conscientes que de las elecciones que todos y todas hagamos cambiarán la vida del ser humano en el futuro. Un futuro que espero sea mejor y que no sea tal como, a menudo, se presenta en determinados entornos.00

PD…. Tengo que reconocer que este post ha sido inspirado en sus esquemas y planteamientos aunque no es sus contenidos en el artículo de Isabel de Salas recientemente publicado en Expansión y accesible en  https://www.expansion.com/opinion/2020/04/07/5e8c3254468aebc1748b45cc.html