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Apreciado Pau. Mi nombre es Manuel…… no me conoces pero es probable que muchas personas puedan llegar a definirme como un profesional de éxito. Te cuento.

Soy un asiduo lector de tu blog, así como de algunos otros que publican personas que dicen ser “coach”, especialistas en “branding”, “marca personal” u otros conceptos que hemos ido incorporando en nuestro lenguaje pero que no se muy bien que significan y que aportan. Creo francamente que tu aportas una mirada crítica y diferente. Te escrito simplemente para confirmarte que me acaban de proponer para una promoción en mi compañía a pesar de que no creo haber adoptado ninguna de las conductas que se proponen como las más apropiadas para conseguir el éxito. Mis métodos son otros y francamente, por ahora no creo que me vaya mal.

Por cierto no sé muy bien cómo vas a publicar estas líneas y no se tampoco si tan sólo las vas a publicar. He estado pensando incluso en el título que yo pondría a esta nota. Yo lo titularía “confesiones de un…….” Entre otras cosas porque creo que tienes ya publicado algún otro post que empieza de la misma manera. Sin embargo no sé cómo terminarla: oportunista, embaucador, político…..pero esto lo dejo en tus manos. Estoy seguro que sabrás encontrar el término más adecuado.

En primer lugar, te diré para quién trabajo: para mí mismo. No importa quién me paga. Las diez primeras prioridades que tengo muy presentes y que intento cumplir a rajatabla están ocupadas por acciones que van dirigidas a la defensa de mis intereses. Tú dirás que todo el mundo actúa de igual manera,  pero tú sabes que no es verdad y que muchos profesionales simplemente no consiguen crecer, aunque tengan tantas mayores o incluso mejores competencias que yo, simplemente porqué son ingenuos y terminan depositando sus expectativas en sus jefes o en los departamentos de RRHH. Yo soy consciente de que soy el único que puede ocuparse de mí mismo. Y actúo de conformidad con ello.

Mi segunda estrategia es la de estar en permanente conexión con mi jefe y con el jefe de mi jefe. Hay quien piensa que este objetivo es difícil. ¡Qué poco conocen la naturaleza humana! A lo que me aplico es a potenciar y desarrollar su vanidad, verdadero talón de Aquiles de las personas, especialmente cuando éstas ocupan puestos de dirección. Te prometo que una parte relevante de mi actividad se dirige a hacer que mi jefe esté cómodo, por lo que intento adaptar sus ideas si estas me parecen acertadas y hacer todo lo posible para que adopte como suyas las ideas que yo puedo llegar a proponerle. Aunque puedan llamarme cínico tengo claro que mi futuro pasa (en este momento) por hacerle visible e importante. Ya llegará mi hora. De hecho también es relevante haber sabido escoger al “jefe” adecuado.

La tercera, y probablemente la más relevante, ha sido la de haber podido crear una buena red de contactos interna, aunque aquí sí que coincida con las opiniones y consejos de los que os dedicáis a la Orientación y al Coaching. Para mí y para mi jefe, a la que cuido como a mi familia. Evidente, ¿no? Pocos se han parado a pensar por qué es tan importante. La opinión que las personas tenemos de otra depende de cómo ésta nos cae, de su actitud con nosotros, de si nos ha hecho algún favor. Aunque los departamentos de RRHH se esfuerzan mucho por saber las competencias de todos los colaboradores al final las decisiones de promoción y desarrollo las toma la estructura jerárquica, basándose en las afinidades personales. Por tanto, no me pierdo un sarao ni una presentación, a los que acudo con una imagen impecable y mi cultivada simpatía.

La cuarta es la de haber sabido convertirme en un genio utilizando a las personas, sobre todo a mis colaboradores, con los que en contrapartida intento ser lo más coherente y razonable posible, preocupándome también por su desarrollo. No tengo miedo a que crezcan pero a ser posible lejos de mí. Para mí son muy importantes, pero no de la forma que se sugiere en todos los tratados de management sino porque de alguna manera tengo que justificar mi salario. Tengo que cumplir los proyectos asignados.

La quinta tener mucha información y saberla gestionar adecuadamente. Para ello una de mis ocupaciones clave es la de alimentar y mantener una base de datos en las que dispongo de información relevante como las referidas al deporte y equipo favorito, las aficiones, donde veranea, el nombre del cónyuge, los hijos y la comida preferida de cualquier persona que pueda opinar de mí para un posible desarrollo interno. Ya sé que esto es cansado, pero más cansa trabajar. Para todo ello hago uso continuo de aquel principio que dice “no es lo mismo mentir que no decir toda la verdad”. Creo que en este punto me he convertido en un verdadero maestro.

Pau, un fuerte abrazo.


(Por cierto, os confirmo que esta “carta” es un recurso literario inspirado en un excelente post publicado por Jesus Vega en su blog (al que habría que pedirle que retorne a la publicación de sus excelentes posts) y al que podeis acceder en el link. https://laempresasensual.wordpress.com/2012/08/14/oscuras-confesiones-de-un-politico/


Notas finales: Es probable que todos tengamos en nuestro entorno a alguien que responde a estas características, un personaje de éxito que sabe sacar partido de la mayoría de las situaciones que se dan en casi todas las organizaciones. Dicho esto conviene tener presente que Manuel no es un……. y que posee muchas cualidades y competencias que bien encauzadas podrían ser un gran recurso para el mismo y para la organización en la que está integrado. Ah,,, y por cierto comprobaréis que no he utilizado ningún calificativo para describir a Manuel…. Lo dejo en vuestras manos.