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Hoy ya nadie pone en cuestión la necesidad de dar a la Orientación Profesional un enfoque basado en el análisis y la gestión de Competencias.

Recordemos que podemos entender por Competencias al conjunto de habilidades, conocimientos, aptitudes y actitudes que una persona tiene o necesita desarrollar para gestionar su trayectoria profesional. Estas competencias pueden ser técnicas, relacionadas con el desempeño específico de un trabajo, o transversales, que son útiles en una variedad de contextos laborales y que a menudo se valoran independientemente del campo de trabajo.

Desarrollar una orientación laboral basada en competencias implica alinear las habilidades, actitudes y conocimientos de una persona con las demandas y oportunidades del mercado laboral. Este enfoque permite que tanto los empleados como los empleadores puedan identificar, fortalecer y utilizar competencias clave para mejorar la empleabilidad y el desempeño laboral. Supone tomar consciencia de que los servicios de Orientación tienen dos clientes: los usuarios a los que atienden y las empresas/organizaciones que estarían en disposición de contratarlas.

Los elementos fundamentales de una Orientación basada en competencias, al margen del aspecto clave que se resume en el párrafo anterior, son los siguientes:

  • Autoevaluación. El primer paso es el de los usuarios hagan una autoevaluación para identificar sus competencias lo que al margen del uso de algunas herramientas tecnológicas existentes en el mercado (algunas incluso basadas en la inteligencia artificial) supone que éstos (con la ayuda de los/las orientadores reflexionen sobre sus conocimientos, habilidades, experiencias previas, logros y motivaciones.
  • Identificación de competencias clave en el mercado laboral. El segundo paso es el de determinar cuales son las que exige el mercado laboral para los puestos que se ajustan al perfil profesional y motivación de los usuarios.
  • Definición de objetivos profesionales basados en competencias. Con el apoyo de los profesionales de la orientación es necesario que las personas establezcan metas profesionales razonables y coherentes con los análisis personales y del mercado descritas en los apartados anteriores.
  • Desarrollo de procesos formativos dirigidos a adquirir o complementar los gaps competenciales. Una vez identificadas las competencias clave y las metas, el siguiente paso es desarrollar las habilidades necesarias a través de profesos formativos formales, cursos, talleres o programas en línea que estén directamente relacionados con las competencias clave que se requieren e incluso desarrollar actividades o proyectos (aunque no sea en un estricto formato laboral) que permitan aplicar y desarrollar las competencias identificadas.
  • Networking y mentoría Desarrollar una red de contactos profesionales puede ayudar a los usuarios a conectar con antiguos usuarios o expertos en el campo deseado, recibir orientación de profesionales con experiencia, información sobre nuevas demandas y desarrollar habilidades sociales y de comunicación.

En la Orientación laboral, identificar y desarrollar las competencias de las personas es fundamental para ayudar a los individuos a alcanzar sus metas profesionales, mejorar su empleabilidad y tener éxito en el mercado laboral. Esto puede implicar actividades como evaluaciones de habilidades, capacitación y desarrollo profesional, asesoramiento sobre cómo destacar estas competencias en currículums y entrevistas, y orientación sobre cómo continuar desarrollando estas habilidades a lo largo de la carrera profesional.

La Orientación laboral basada en competencias no solo prepara a los individuos para cumplir con las expectativas actuales del mercado laboral, sino que también les proporciona las herramientas necesarias para adaptarse a futuros cambios. Esto requiere una combinación de autoevaluación, aprendizaje continuo, desarrollo de competencias, y ajuste estratégico a lo largo del tiempo.