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He aquí tres conceptos que auguro van a evolucionar y mucho en los próximos años. En particular el concepto de compromiso (entendido como el grado de vinculación de un individuo con un objetivo sea propio u organizativo) todavía debe evolucionar, y madurar.

Es necesario ponerlo a prueba, someterlo a crítica. Para ello la mejor fórmula es preguntarnos: «¿compromiso con qué y para qué?».

En todo caso es evidente que si una organización no es capaz de alimentar y desarrollar el compromiso de sus empleados está claramente abocada al fracaso. Y para alimentarlo precisan de la coherencia (relación entre lo que dicen y lo que hacen) y de una estrategia clara relacionada con su compromiso social.


Nunca se podrá demandar altos niveles de compromiso en las organizaciones si esta demanda no va unida, necesariamente, a factores como la coherencia y la responsabilidad.


David Zinger uno de los “gurus” mundiales en estos ámbitos se atrevía recientemente a hacer las siguientes predicciones:

-Los análisis de valoración de clima y satisfacción de los empleados dejarán paso a micro-encuestas que, aprovechando los avances tecnológicos, aportarán una medición en tiempo real del nivel de compromiso de las personas con sus organizaciones.

-Los procesos de medición y evaluación serán más transparentes. Los empleados tendrán un mayor acceso a los datos que ellos mismos generen y participarán más activamente en su interpretación.

-El uso de los medios que ofrece el social media supondrá nuevos retos y nuevas oportunidades. Las empresas dejarán de ver esas herramientas como una amenaza ni un peligro, y aprenderán a aprovecharlas como un medio para favorecer conexiones y relaciones que potencien ese compromiso. Gracias a dichas herramientas comprenderemos cómo el compromiso se traduce en comportamientos que tienen un impacto directo sobre los individuos, la empresa y sus clientes.

Aunque la más importante resulta ser la última de las predicciones: «El compromiso dependerá cada vez más de la autenticidad que los individuos perciban en la organización, sus líderes y el resto de personas que la forman y de la visión que ellos tengan sobre la legitimidad de los objetivos organizativos y su compromiso social».

Recordemos que «sin autenticidad difícilmente habrá compromiso y como consecuencia éxito».

Me pregunto si se cumplirán sus vaticinios. Personalmente, me gustaría que así fuese. Mientras tanto os dejo un enlace a un video. Espero que en vuestras organizaciones no se vivan situaciones como las que se describen en: http://www.youtube.com/watch?v=krxA-3GgUL0&feature=channel