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Cuando todo el mundo habla de la falta de talento aparece inexorablemente la pregunta siguiente ¿estamos haciendo lo sufiente para reclutar con éxito?.

Pregunta que también puede formularse en los términos siguientes: ¿Estamos seleccionando a los profesionales adecuados para que nuestra organización evolucione y pueda dar respuesta a las nuevas realidades?.

Hoy, no es suficiente con reunir una serie de habilidades y competencias especializadas y estáticas para desarrollar una carrera profesional. Las organizaciones precisan hoy incorporar a sus equipos a profesionales flexibles, que puedan trabajar en proyectos de diversa índole, que tengan una elevada capacidad de aprendizaje y capaces de adaptar sus pautas de trabajo a un entorno que cambia y evoluciona a gran velocidad.

Pero, ¿están teniendo en cuenta las organizaciones este nuevo “kit de habilidades” a la hora de contratar? Para dar respuesta a los nuevos requerimientos debemos dotarnos de herramientas que permitan gestionar los procesos de reclutamiento y selección de forma diferente.

He aquí las que considero claves de este nuevo enfoque que ha de permitirnos responder al reto de reclutar con éxito:

  • Pensar de forma más abierta en los requisitos de la función/puesto: En lugar de definir el puesto de trabajo de forma estática, debemos intentar prever su evolución futura. Hemos de ser capaces de definir no tan sólo los requerimientos actuales sino también los futuros.
  • Definir las necesidades en términos de competencias soft: Para ello debemos reducir el peso de los requisitos técnicos y definir ¿Cuáles de esas aptitudes, fortalezas y experiencias son imprescindibles y cuáles serían deseables? ¿Cuál es el “kit de competencias” necesario y como puede llegar a evolucionar en el futuro? Y ello supone además pensar más en términos de equipo que de posición individualizada.
  • Incorporar la máxima objetividad posible en los procesos de evaluación:
    Además de validar la experiencia profesional y las habilidades técnicas, los procesos de selección deben de incorporar la evaluación de competencias como colaboración, adaptabilidad o versatilidad de un modo objetivo y científico.
  • Tener presente los objetivos y la cultura global de la organización: Debemos de tener como referencia no tan sólo el marco concreto de la posición/equipo sino el marco global de la organización. Debemos por tanto de tomar en consideración los requerimientos exigibles para que la persona contratada sea capaz de interactuar adecuadamente no tan sólo con su equipo de trabajo, sino de forma transversal con el resto de la organización.
  • Usar adecuadamente las posibilidades que ofrece la tecnología al objeto de acertar tanto en la definición de los requerimientos, establecer criterios de reclutamiento adecuados y dar respuestas eficientes en términos temporales y de costes.

Reclutar hoy es si cabe todavía más una función clave que en el pasado. Una función en la que debemos de ser capaces de plantearnos nuevas fórmulas como las que se proponen es el vídeo https://www.youtube.com/watch?time_continue=218&v=e3IFBOF5ghg  

Por ello debemos de cambiar el “chip” pensando en los puestos de trabajo como integrantes de un entorno en proceso constante de evolución y cambio que precisa personas con capacidad de aprender día a día e interactuar con diversos niveles organizativos y funcionales. Resulta imprescindible pensar además no sólo en las competencias de hoy sino en la capacidad de las personas que contratemos para adecuarse a las competencias que requiera el futuro de nuestra organización.