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He estado estos dias en Madrid visitando las ferias de arte que se celebran en el mes de febrero. Aparte del decrecimiento evidente de Arco (sólo hay que constar el tamaño del libro de la feria, que supongo también ha visto reducido sus dimensiones como consecuencia de la crisis) tengo que significar el que considero relanzamiento de Arte Madrid una feria que se planteó como alternativa (hace tan sólo tres años) y que se está claramente consolidando.

Otro dato, a pesar de que ya no soy probablemente ningún recien llegado al mundo del arte contemporáneo pues llevo visitando la feria desde el año 1998, a veces me resulta todavía dificil distinguir entre lo que es arte o simplemente una tomadura de pelo.

La situación de Arco nos muestra una vez más el papel que nos corresponde en el nuevo reparto de roles mundiales. Hubo un momento en que alguien pensó que esta feria pudiera llegar a competir con las grandes centros mundiales del arte. A saber: Basel, Miami o Londres. Lo que estaba claro que no iba a ser posible mantener todo el boato que Arco produjo hace unos años sobre la base de las compras de carácter institucional. Cuando estas se han reducido, como consecuencia de la crisis, Arco ha vuelto a lo que siempre fué y puede ser si es capaz de resituarse: el lugar de encuentro del amante del arte y pequeño o medio coleccionista con las ultimas tendencias en su ámbito de interés.

Otro tema en el que nos hemos hecho más pequeños, en donde debemos volver a situarnos como país en el entorno mundial.

Por cierto os confirmo que “he pecado” una vez más adquiriendo una pequeña escultura de Naco Fabre. Espero haber hecho una buena compra y cara al futuro una buena inversión.