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Tras el anuncio de puesta en marcha de un proceso de reestructuración las reacciones que tendemos a adoptar son a menudo erróneas. He aquí algunas reflexiones y recomendaciones que pueden ser de utilidad para afrontar con éxito este tipo de situaciones:

-La primera: No deberíamos de perder ni un minuto en juzgar el valor, la oportunidad o el interés del proceso ya que de esto, bien o mal se ocuparán los representantes sindicales. Cuando la reestructuración esta en marcha esta solo podrá “irse al traste” por factores o circunstancias en las cuales no vamos a tener ninguna capacidad o oportunidad de influir por lo que, lo único posible es trabajar como si esta fuera irreversible. De igual manera no deberíamos de cometer el error de entrar a formar parte del grupo de los “descontentos”. Probablemente este grupo estará integrado por personas que se ven a si mismos sin futuro fuera de la organización y probablemente tú no seas uno de ellos.

-La segunda: Concéntrate en la tarea y dirige todos sus esfuerzos a entender lo que se espera de ti durante el proceso. Es evidente que tu organización esté enfocándose hacia un nuevo proyecto que seguro no será igual al que estaba desarrollándose con anterioridad.  Por tanto cuando antes captes las claves, si vas a estar afectado o no, el rol que se espera de ti si definitivamente te quedas en la organización, etc antes podrás aportarte valor a tí mismo y al mismo tiempo, reducir o minimizar los interrogantes que se ciernen sobre tu futuro profesional.

-La tercera: Haz caso omiso de las “informaciones” que circularan internamente. Este proceso comportará necesariamente una cierta situación de caos y de falta de información objetiva que se compensara por las informaciones no formales que van a circular con una profusión mayor a la normal.  Esta misma recomendación puede hacerse respecto a las “listas” de personas a abandonar la organización. Tu actitud ha de ser de concentración en la tarea y en la consecución de resultados y de reforzar e incrementar las relaciones personales con el resto del equipo. No pierdas tiempo en hacerte enemigos.

-La cuarta: Intenta adaptarte lo más rápidamente posible a las nuevas circunstancias. Aunque tampoco tiene que ser un proceso demasiado rápido. Actúa sin prisas pero sin pausas.

La quinta: No debes dar pasos erróneos ni precipitados en la gestión de tu carrera profesional. Si desarrollas un trabajo con “sentido”, aportas valor y estas seguro de tu  “talento”, no te preocupes ni salgas disparado. Aunque todos estos argumentos pueden no valer nada si finalmente tu unidad, departamento o centro de trabajo se va a ver afectado por la reestructuración, en ningún caso debes de precipitarte. La gestión racional y/o profesional de la situación va a ser tu mayor activo cara el futuro.

En todo caso no debes de lanzarte a buscar empleo en el mercado de forma alocada y sin un proceso de reflexión previa. Si definitivamente pierdes tu empleo siempre podrás explicar las razones de esta pérdida de forma positiva e iniciar un proceso de búsqueda.

Debes de intentar, por último que, a pesar de todo, el proceso influya lo menos posible en la estrategia que habías definido anteriormente para el desarrollo de tu carrera profesional.