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Leí hace algunos días en El País información sobre el proceso de diálogo social. Hoy sábado 18 de Julio, he leído que las partes volverán a reunirse la próxima semana y que, inclusive, el Presidente del Gobierno les ha invitado a una cena el próximo miércoles.

Leí también ayer el texto de la última propuesta gubernamental. Mientras tanto quedan en mi mente los últimos datos, sacados del citado medio: “de la gravedad del problema del paro en España volvió a dar ayer cuenta la OCDE. Como se habitual la tasa de paro española fue en mayo la mayor de todos los países desarrollados (un 18,7%), y la que más ha crecido en los últimos 12 meses (8,2 puntos) pese a que la caida del PIB español ha sido menor que en muchas otras economías».

¿Nos os parece sorprendente el hecho de que frente a estos datos no exista un clima social suficiente para plantear una “reforma real” del mercado de trabajo?.

Considero que aunque existe un amplio consenso sobre los temas que deberían abordarse para hacer frente –aunque la crisis no la resuelva una reforma laboral- a los problemas de nuestro mercado de trabajo, es evidente que no existe un amplio acuerdo sobre la forma en la que deben de resolverse, pero de aquí a que no puedan ni ser tratados ni solamente abordados media un gran abismo.

Soy uno más de los que pienso que el gobierno y los interlocutores sociales van a hacer un flaco favor a nuestra situación social y económica si no son capaces de encontrar vías de diálogo y concertación sobre temas que: todo el mundo considera relevantes y que además en algo podrían paliar la dinámica perversa en la que se encuentra hoy nuestro mercado de trabajo.

En esta nota voy a realizar un pequeño resumen sobre dos apartados que, a pesar de su relevancia, poco o nada van a ser tratados en el mencionado diálogo…… ojalá me equivoque. En todo caso si deseaís realizar una lectura completa de nuestra visión, (ya que esta es compartida y ha sido desarrollada con Jaime Lopez Cossio) lo podeis hacer accediendo a los artículos que bajo los títulos siguientes encontrareís en mi blog: “Conceptos claves para el diálogo social 2009” y “Empleabilidad, Recolocación y Políticas Activas”

Respecto al concepto que podemos denominar Transparencia del Mercado de Trabajo es indudable la necesidad de introducir elementos de competitividad frente a una situación en la que subsiste el monopolio formal de los Servicios Públicos de Empleo. En nuestro marco legal disponemos de base legal suficiente para introducir elementos de competitividad sin grandes reformas legales y para introducir un compromiso a plazo de puesta en marcha de las Agencias Privadas de Colocación.

Este proceso debería de ser desarrollado paralelamente al fortalecimiento de los SPEs mediante medidas que aseguren una alternativa pública de calidad que permita ofrecer desde el sistema público una atención gratuita, universal y suficientemente válida. Para ello serían imprescindibles la profesionalización de los recursos, y la dotación de un sistema eficiente de Orientación Profesional que desarrollase nuevas alternativas de relación con los usuarios mediante el aprovechamiento de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Me consta que algo esta intentando hacerse por parte del Sistema Público en este sentido pero no se si en la dirección, la extensión adecuada y de forma eficiente.

En cuanto a las Actuaciones sobre la empleabilidad, la situación coyuntural de desempleo exige una respuesta urgente en las medidas de empleabilidad y en concreto regular la actividad de Recolocación y reformar las Políticas Activas estableciendo, en ambos casos, criterios y medidas para la evaluación y medición de la eficacia de los Planes de Recolocación, hoy carentes de regulación, pero que están siendo desarrollados por todo tipo de actores.

La regulación de la actividad de la Recolocación puede formularse sobre las bases ya establecidas en la normativa vigente, articulándose su obligatoriedad como uno de los elementos esenciales y sustanciales del Plan Social que debe de ser formulado por una empresa en el marco de un Expediente de Regulación de Empleo.

Creo que existe un amplio consenso para regular esta actividad que a pesar de su presencia en España desde hace 20 años sigue adoleciendo en este momento de cualquier tipo de regulación y que debería arbitrarse mediante la definición del concepto de empresa/agencia de recolocación, la creación de un registro público de tales empresas y el establecimiento de un régimen de colaboración o externalización que les permitiese colaborar activamente con los SPEs.

Desconozco si finalmente van a arbitrarse tal tipo de medidas. En todo caso estoy convencido de que son ampliamente necesarias.

Resulta totalmente incomprensible para mí el que no sea posible –aunque ya exista una previsión legal en la propia Ley de Empleo- introducir en nuestro país un Sistema Nacional de Empleo a imagen y semejanza de los Sistemas Nacionales Educativos y de Salud en los que están claramente definidos los marcos de colaboración entre los diversos actores: estatal/autonómico y público/privado.

No conviene olvidar el hecho de que en los países de la Unión Europea en donde más competencia existe en este ámbito de la intermediación laboral son aquellos en los que de una parte se consiguen mejores resultados en las llamadas políticas activas y en las que –por la propia dinámica de la competencia- los Servicios Públicos están mejor dotados y son más eficientes.