En un momento como el actual es probable que muchos de vosotros/as os estéis planteando la posibilidad de iniciar un proyecto empresarial.
He aquí un decálogo de las actitudes que debes de evitar si te planteas que tu futuro profesional pasa por emprender.
- Dejarte influenciar por los extremos. Intenta no entusiasmarte en exceso cuando la gente te dé elogios desmedidos. Del mismo modo, intenta no alterarte cuando recibas críticas brutales. Tienes que tener una idea clara de ti mismo y mantenerte enfocado en tu negocio y en el modo en que ofreces valor a tus clientes. Si tratas de complacer a tus detractores y “corregir” lo que ellos creen que está mal, no serás tú mismo. Se fiel a ti mismo y a tu proyecto hasta que constates que no funciona. No cambies porque sí.
- No tener la cualidad ni la capacidad de «leer entre líneas». Toma los comentarios, orientaciones y críticas en su justo valor. Es importante obtener información pero selecciona las partes que pueden ser de utilidad o que contienen alguna verdad y desecha el resto. La forma más fácil de hacer esto es preguntarte, ¿Qué parte de este comentario tiene valor para mi? Quédate con esta parte del comentario y olvida el resto.
- Matar al mensajero. Establece un sistema que te permita detectar las opiniones de tus clientes pero toma consciencia de que estos no son siempre sinceros en sus comentarios. Algunas personas son simplemente mezquinas y hacen ataques personales además de criticar tus ideas. Si alguna vez recibes comentarios negativos simplemente agradece el comentario y dedica tus esfuerzos a corregir el defecto detectado por el cliente. Cuando alguien intente desmontar la filosofía de tu negocio aunque no conozcas la respuesta, lo mejor que puedes hacer es ¡preguntar!
- No prestar atención a las necesidades de tus clientes. Los críticos no desaparecerán de tu vida ni siquiera cuando tu empresa alcance el éxito que esperabas, pero si tú y tus clientes estáis felices y satisfechos con lo que ofreces, ¡ésa es la clave! No puedes complacer a todo el mundo, siempre recibirás críticas y algunas personas nunca estarán satisfechas con tus iniciativas o servicios, o al menos nunca lo reconocerán. Pero recuerda que los clientes opinan pero no gestionan ni mandan en tu negocio.
- No aportar valor. Crea un producto o valor que aporte valor al cliente y que este pueda diferenciar con claridad de los servicios que ofrece tu competencia. La gente quiere resultados y aunque los resultados ambiciosos no son inmediatos, tendrás que saber aportar algo de valor para que ellos se conviertan en tus mejores comerciales y prescriptores.
- No prestar atención a los aspectos financieros. Intenta recordar que la mayoría de críticos se autodenominan “realistas”. ¡Desde cuando montar tu propio negocio no es algo real! La mayoría de la gente está acostumbrada a trabajar para alguien y que les paguen cada mes. No comprenden que esa vida no es para todo el mundo. No vivas para los críticos, vive para ti mismo. Tienes que ser feliz, ¡pero hazlo razonablemente de modo que puedas pagar tus facturas!
- No aceptar el riesgo. Muchos críticos te recomendarán que evites arriesgarte. No creen que sea posible, bajo su punto de vista no se puede hacer. No lo creas ni por un segundo, pero tienes que poner todo tu esfuerzo si quieres ver cómo tu negocio tiene éxito. Si no asumes riesgos con tu propio negocio no podrás alcanzar tus objetivos.
- Perder la objetividad en el análisis. Todos nosotros tenemos un crítico interior que nos susurra al oído cuando intentamos cosas nuevas. ¿Quién te crees que eres para gestionar un negocio? Sea lo que sea que hagas en la vida, tú vas a ser la persona más exigente contigo mismo. Pero intenta no perder nunca la objetividad y dejarte llevar por…… Tienes que apuntar alto, pero a veces es bueno retroceder un paso para tomar perspectiva para ver lo que has conseguido, la dirección que llevas y aquello que no acaba de funcionar. Incluso cuando a tus clientes les encante lo que haces y lo que vendes, tus propias críticas te ayudan a seguir mejorando.
Y un comentario final. Se fiel a ti mismo y a tu proyecto hasta que constates que no funciona. No cambies porqué si pero evita enfrentarte ante un muro imposible. Es bueno saber o tener la capacidad de cortar a tiempo auqnue debes evitar hacerlo al primer contratiempo.
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