Estoy trabajando en una empresa pública y las cosas nos van razonablemente bien. Sin embargo, me gustaría crecer y no he consigo que me ofrezcan oportunidades de desarrollo interno ¿Qué puedo o debo hacer? Carlos T (Barcelona)
Como cualquier gran viaje, el de la carrera profesional hay que prepararlo y vivir con intensidad. Un trayecto para el que hace tiempo que descubrimos que la formación es imprescindible, aunque insuficiente. Hoy las habilidades personales son tan importantes como las técnicas, por eso es vital pulirlas hasta convertirlas en fortalezas. También es relevante que te preocupes de otros factores.
Algunos ejemplos que a menudo parecen triviales pero que son relevantes para el desarrollo de tu trayectoria. Desde la forma en que te comunicas con tus iguales, como te relaciones, si haces o no favores, tu forma de contestar a los mensajes, la gestión del tiempo libre… son elementos que adquieren relevancia la margen de tus capacidades y cualidades profesionales.
Un conglomerado de factores del que depende nuestro saber hacer y en consecuencia nuestro valor profesional y las oportunidades de desarrollo futuro.
Por ello y basándome en un informe elaborado por Nexia aquí tienes algunas recomendaciones:
No es lo que hacemos sino cómo lo hacemos:
“Se elige a los profesionales por lo que saben hacer, pero mucho más por cómo lo hacen”, explica David Monge, director general de Nexian. Y además es el principal criterio para su valoración en el mercado. De forma brillante o mediocre, son muchos los que pueden resolver una tarea, pero sólo una persona es capacidad de aportarle un valor diferencial.
Cuidar y mejorar si es posible nuestras posibilidades de comunicación:
La forma en que somos capaces de exponer nuestros criterios y opiniones, la capacidad de mostrar nuestra creatividad, la capacidad de transmitir los mensajes, la seguridad en nosotros mismos, son todos ello factores que nos van a apoyar en nuestro desarrollo.
Construir y trabajar adecuadamente la red de contactos interna:
Conocer a las personas adecuadas y moverse en los círculos correctos es un objetivo que requiere planificación y tiempo. Son pocas las personas que lo logran de forma totalmente natural -¡bendito don de gentes!-, el resto de los mortales debemos entender que ese entronado networking solo se consigue con esfuerzo y planificación. Pero también con una actitud flexible, con amabilidad y honestidad.
Somos lo que escribimos:
Es fácil constatar cómo el uso de las nuevas tecnologías ha relajado los contenidos de la comunicación escrita. Se puede estar “al día” pero debemos ser conscientes que es difícil causar peor impresión que con un correo electrónico lleno de faltas de ortografía, incorrecciones gramaticales o mala puntuación. Son errores que tiran por tierra el mayor de los esfuerzos hecho en la preparación de un informe o mandan a la papelera un currículum. Y lo más preocupante es que tengo la sensación de que muchos se resisten a creerlo.
Gestionar proactivamente:
No podamos en los temas referidos a nuestra trayectoria profesional adoptar una actitud pasiva. La pasividad es una forma de autolimitación, que tiene poco sentido en un entorno marcado por la competencia.
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