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Es la primera vez que voy a enfrentarme a la necesidad de participar en un proceso de feedback que me afectará a mi mismo y a mi equipo. Hemos hecho unas sesiones formativas pero me resultarían muy útiles sus consejos ¿Qué orientaciones me puede facilitar? Juan P (Alcalá de Henares)

Una de las cualidades más relevantes que se exige a los directivos se refiere a la capacidad de dar feedback a sus colaboradores. Ya sea para reconocer sus logros o para corregir desviaciones y, siempre, para alinearles con los objetivos corporativos y obtener mejoras en el desempeño.

Se trata de una habilidad clave de comunicación, -elemento de base para convertirse en un líder de “base segura” del equipo-, que bien desarrollada es clave para: transmitir confianza y compromiso; orientar al logro de los objetivos. Bien desarrollada es una herramienta que te permitirá crecer tú mismo y a tus colaboradores.

Para que el directivo sepa gestionar el desempeño de sus colaboradores, ayudarles a progresar y desarrollar su nivel de compromiso, le pedimos que sepa dar feeback de forma continua. Pero esta habilidad no es fácil de desarrollar. Exige saber gestionar conductas de relación y dialogo que se basan en principios como la objetividad, la oportunidad, la transparencia, el positivismo o el respeto.

Para desarrollarse personal y profesionalmente, el primer paso es tomar conciencia de como los comportamientos personales afectan en las relaciones con los demás y en la obtención de resultados. Muchas veces, no somos conscientes de nuestras áreas de incompetencias y sin duda, además de la observación y la autorreflexión, -lo que, por cierto, exige grandes de dosis de inteligencia por parte de la persona-, lo mejor es que te den feedback.

Existen diversas estrategias que las organizaciones pueden promover para favorecer una autentica cultura de feedback: desde la sistematizada en procesos de evaluación normalizada a través de la puesta en marcha de procesos de evaluación 180º o 360° (en función de los ámbitos en que se realiza este proceso) que pueden llegar a tener incluso un impacto en el ámbito retributivo a “procesos a la carta” que intentan sistematizar y normalizar un proceso de evaluación permanente.

Estos procesos permiten favorecer la autorreflexión a partir de la comparación entre la visión que tenemos de nosotros mismos respecto a las que tienen las personas de nuestro entorno: Colegas, Jefes, Colaboradores, Proveedores e incluso Clientes. Estas opiniones inducen al autoconocimiento y promueven el desarrollo personal.

Has de ser consciente en todo caso que estos procesos pueden resultar a veces estresantes (en función de cuál sea la cultura organizativa y el impacto que la evaluación puede tener para la persona sujeta a ella) Por ello, es importante que la organización y los propios directivos hagáis un gran esfuerzo de sensibilización y educación al implantarlos.

Por ello, las organizaciones que quieren de verdad desarrollar una cultura de feedback no pueden circunscribirse exclusivamente a desarrollar sistemas periódicos de evaluación, formar a sus directivos para que sepan gestionarlo o favorecer los cambios culturales para que el resultado final sea positivo. Si bien, ello es muy importante y son grandes pasos, han de conseguir que sus profesionales no tengan miedo a solicitar información sobre sus conductas siempre que lo consideren necesario.

Por ello los especialistas proponen algunas vías de actuación contrastadas:

  • Entrenar a los profesionales a autoconocerse, -donde saber solicitar y recibir feedback es fundamental-, como elemento base de su mejora en el desempeño y desarrollo personal y profesional.
  • Instalar aplicaciones corporativas, –como, por ejemplo, “Know Me”-, que promuevan y faciliten que las personas pidan a sus colegas, su apreciación acerca de determinados comportamientos profesionales, estableciendo distintos tipos de escalas apreciativas (tanto cuantitativas como cualitativas).

En todo caso te deseo suerte en el proceso.