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En los dos posts anteriores de estas “reflexiones” planteo que hay aspectos que, siendo relevantes en todos los procesos de implantación de la Inteligencia Artificial, adquieren si cabe mayor relevancia cuando nos enfrentamos a problemas y necesidades vinculadas a la Gestión del Empleo.

Concretamente en el primero de ellos accesible en https://pauhortal.com/reflexionando-sobre-ia-y-las-politicas-de-empleo-1/ afirmo que en este ámbito “adquieren una gran relevancia factores como: (a) Generar entornos que faciliten la accesibilidad y transparencia en el desarrollo de los algoritmos, (b) Abrir la perspectiva dirigida a identificar y mitigar los riesgos discriminatorios y otros elementos de desigualdad durante la etapa de diseño con especial atención a las variables demográficas y (c) Implementar criterios e instrumentos que permitan conocer y evaluar en tiempo real los resultados para garantizar la calidad y la falta de sesgo en los datos”.

En este contexto, deberemos modificar muchos de los elementos que sustentan muchos de los principios y conceptos que consideramos como “verdades” y cambiar determinados “chips culturales». A modo de ejemplo es urgente trabajar para el reenfoque de los criterios que dan fundamento a la acción de las instituciones educativas y de aprendizaje, replantearnos los procesos de gestión de recursos humanos (desde el reclutamiento hasta la gestión del talento) y, por último, modificar y adaptar las políticas y estrategias en materia de empleo.

Centrándonos en este último punto, somos ya muchos los que planteamos la necesidad de reflexionar sobre los enfoques a dar a las políticas activas, sobre la necesidad de poner en marcha nuevos programas, desarrollar la colaboración público-privada y particularmente definir el volumen (cantidad) y los criterios (cualidad) de los recursos destinados a ellas.  

Diferentes Instituciones internacionales (UE y OIT entre otras) y de nuestro país (AIErF, Institut Cerdá, ESADE, FEDEA, la Fundación Ergon etc) se han manifestado en el mismo sentido. Debemos diseñar nuevas estrategias y políticas tanto en los ámbitos del empleo como en el ámbito del Empleo, y de las prestaciones sociales y asistenciales. Y para ello tenemos la posibilidad y la exigencia de hacer un uso racional de las posibilidades que nos ofrece las nuevas herramientas tecnológicas en general y la Inteligencia Artificial Generativa en particular. Necesitamos nuevas herramientas, recursos y formas de hacer si lo que pretendemos es ofrecer a los usuarios los servicios que demanda un mercado de trabajo en cambio permanente.

El Sistema de Empleo (y nótese que elimino el concepto de Público que forma parte tradicionalmente de este concepto), lo que supone de entrada un cambio de “chip” de una cierta relevancia se enfrenta, hoy, a la necesidad de dar respuesta a los desafíos siguientes:

  • Dar respuesta a las demandas que formulan el colectivo de personas que pierden su empleo como consecuencia de los procesos de digitalización. Unos profesionales que se encuentran con la necesidad de acceder a nuevas alternativas laborales cuando probablemente no poseen las competencias y habilidades hoy demandadas por un mercado que además ofrece hoy unas condiciones laborales de menor calidad.
  • Gestionar la brecha existente entre las habilidades y competencias de las que disponen hoy las personas respecto a las demandadas por el mercado generadas como consecuencia de los cambios en los tejidos productivos y en la oferta de servicios y la falta de adaptación de los sistemas formativos a estas demandas.
  • Adaptar la oferta de servicios a estas nuevas realidades. Los Servicios de Empleo, basados en criterios rígidos y burocráticos resultan hoy claramente ineficientes, mientras que los procesos de externalización en la gestión no se han realizado bajo criterios objetivos.
  • Dar respuestas a la consolidación de un desempleo estructural que esta alcanzando a casi la mitad de los desempleados y que se centra en tipologías específicas: jóvenes sin formación, seniors, discapacitados, inmigrantes, minorías étnicas, que afrontan barreras adicionales para acceder al empleo.
  • Implementar servicios basados en el uso de las funcionalidades que ofrecen las nuevas tecnologías con objeto de ofrecer mejores servicios y más adaptados a las necesidades individuales de los usuarios.

Unos retos que son abordados por la ley 3/2023 de Empleo, que plantean actuaciones y cambios que van en la dirección adecuada, pero que sin duda son mayúsculos.


Necesitamos dotarnos de un enfoque integral que involucre a todas las partes interesadas: desde las organizaciones políticas, pasando por los diferentes entes administrativos (Gobierno Central, CCAA e Instituciones Locales) las entidades y empresas colaboradoras y el conjunto del tejido organizativo/empresarial.


Es en este sentido que necesitamos proponer e implementar acciones dirigidas a:

  • Mejorar la calidad de los servicios e implementar mecanismos dirigidos a conseguir la eficiencia.
  • Establecer criterios de gestión y evaluación homogéneos.
  • Facilitar el autoconsumo de los usuarios.
  • Transformar la cultura y las estructuras internas.
  • Reforzar la marca y la imagen del servicio.

Aunque su implantación esté evidentemente en las fases iniciales, la IA puede aportar diversos beneficios a los Servicios de Empleo. A saber:

  • Mejorar la calidad de los servicios: La IA puede optimizar los procesos e incrementar la eficiencia en la prestación de servicios, facilitar el autoconsumo, ampliar la base de usuarios e incrementar la oferta y su uso por parte de las empresas y organizaciones.
  • Facilitar servicios personalizados y la generación de recomendadores: Puede ser clave para la mejora de la calidad de los servicios, ofreciendo a cada usuario servicios específicos adecuados a cada uno de los perfiles, recomendar rutas de empleabilidad y optimizar los emparejamientos entre buscadores de empleo y vacantes disponibles.
  • Mayor calidad de las interacciones con los usuarios: La IA permitirá una mayor y mejor interacción entre gestores y usuarios, ofreciendo recomendaciones en tiempo real y una experiencia de usuario más operativa. Lo que garantiza una mayor visibilidad y satisfacción de los usuarios.
  • Apoyar los procesos de gestión, de control y la toma de decisiones: Facilita una mejor detección de necesidades, la trazabilidad de las acciones y la evaluación en tiempo real de los procesos y de los resultados alcanzados.