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El proceso de cambio, de eliminación/desaparición de actividades manuales desarrolladas por seres humanos va a ser muy rápido.

Incluso mucho más de lo que parece. Según McKinsey, más del 70 por ciento de las tareas realizadas por los trabajadores del sector de la restauración y la hostelería podrían ser llevadas a cabo por máquinas ahora mismo. Existe la tecnología para hacerlo. En la industria manufacturera, casi el 60% de las tareas en trabajos de mantenimiento están en riesgo. Hasta el 50% de las tareas en la industria de servicios podría estar automatizada actualmente. No es futuro, es una espera tensa.

Afirmaba siguiendo a Marc Vidal en el post anterior de esta serie accesible en Transformación: Y trabajo del futuro (2) – Pau Hortal que en 2030 (recordemos que sólo faltan prácticamente 8 años) tenemos en España el riesgo de perder más de 3M de empleos como consecuencia de los procesos de robotización y la llegada de la inteligencia artificial. Esto supone sumar un 12% más al nivel de desempleo que vivimos en la actualidad.

Y no sabemos cómo revertir esta pérdida con nuevas actividades, a pesar de la presencia de los fondos de recuperación europeos. Corremos el riesgo de, a través de la generación de actividades de nula o discutible eficiencia o de los sistemas de SMV. engrosar hasta niveles impensables los colectivos “excluidos socialmente”. Ya estamos viviendo un proceso que lleva a profundizar las desigualdades sociales. Todo ello no son previsiones, son escenarios con elevados niveles de probabilidad. Necesitamos analizar, reflexionar y experimentar iniciativas sociales y económicas que hoy, lamentablemente, (al margen de algunas iniciativas desarrolladas supongo con la mejor de las intenciones) no están en el horizonte de las preocupaciones de nuestros líderes políticos. Un proceso que debería de contar con planes de contingencia sociales ya que lo que sí es una certeza es que no parece que exista modelo económico sostenible que pueda hoy ser capaz de soportar sin graves conflictos sociales una sangría de esas dimensiones.


Recordemos que lo previsible es un cambio en el concepto del empleo como eje estructural de la vida social, fuente principal de ingresos de la mayoría de seres humanos y condicionante de las coberturas sociales dirigidas a minimizar y reducir las desigualdades.


Hoy el empleo sigue siendo un elemento esencial del desarrollo y del bienestar personal y colectivo. No podemos entender hoy la vida humana sin él. Aunque no tengamos ninguna certeza de si lo va seguir siendo en el futuro.   

Eso es lo que viene, nada más. Eficiencia, optimización, cambio en el modelo de empleo y fórmulas cada vez más exigentes en la competencia entre empresas y/o organizaciones que demandarán empleados muy distintos. Es probable, incluso, que el debate sobre el futuro del trabajo shaya convertido en un negocio en sí mismo. Un dato, con este término aparecen hoy en Google 371M de resultados.

En todo caso el futuro está aquí. Un futuro que nos está ya impactando a nivel social, individual y organizativo. Podemos frenarlo, gestionarlo, dirigirlo etc, pero es imparable. Una realidad y un futuro perfectamente reflejada en el video #MiEmpleoMiFuturo: un documental sobre robots, economía, clase media… y el fin del mundo – Bing que forma parte de una serie desarrollada por la FUNDACION COTEC Fundación COTEC para la Innovación que os invito a conocer.