Como he señalado en repetidas ocasiones estoy plenamente convencido que vivimos en un momento de TRANSFORMACION RADICAL y que la tecnología y la innovación pueden convertirse en las soluciones a muchos de los problemas más importantes que tenemos.
Empezando por el problema del cambio climático y del calentamiento global del planeta.
El impacto del cambio climático es irreversible y la reversión y/o corrección de sus efectos es una cuestión más de voluntad que de tecnología. Una gran parte de la innovación que necesitamos para intentar solucionar, con altas probabilidades de éxito, nuestros problemas como civilización está ya desarrollada y disponible, y lo único que nos limita es nuestra incapacidad para implementar los procesos a una velocidad adecuada.
Cuando acaba de publicarse el informe de la ONU sobre calentamiento global accesible https://www.un.org/es/global-issues/climate-change debería de ser el momento de plantearnos la necesidad de implementar estrategias más sostenibles, y que puedan convertirse, además, en ventajas competitivas. Es evidente que la transición tendrá costes pero la contrapartida es el de que consigamos dar continuidad a nuestra especie en unas condiciones adecuadas.
La adopción de cambios tecnológicos para gestionar mejor los efectos del cambio climático no es opcional, es inevitable. Lo realmente fascinante es el tiempo que tardamos en darnos cuenta de ello.
Aunque la no gestión también sea una forma de gestión. A modo de ejemplo, me gustaría hoy dar solidez a mis argumentos con dos ejemplos terriblemente cercanos y muy relevantes: la vida en nuestras ciudades y la gestión de nuestras organizaciones.
Respecto a las ciudades del futuro:
Es urgente que nos pongamos, de verdad, a rediseñar nuestro entorno vital para hacerlo sostenible. Tal como Enrique Dans viene reiterando sus argumentos (por ejemplo en https://www.enriquedans.com/2018/11/entrevista-en-el-mundo.html) “Los automóviles deben aparcarse en lugares específicamente diseñados para ello donde no estorben (…) El espacio que recuperaremos para las ciudades eliminando el aparcamiento en superficie tendrá un destino muchísimo mejor, mucho más digno, más estético y más adecuado de cara a solucionar el reto de la movilidad sostenible…. En pocos años, miraremos hacia atrás y nos asombraremos de cómo podíamos vivir en ciudades tan espantosamente contaminadas, atascadas y malsanas”.
Evidentemente el modelo de vida en nuestras ciudades influye directamente sobre todo un conjunto de actividades (desde la movilidad, hasta la forma de trabajar, etc) Y ello va a suponer cambios radicales que debemos de provocar si no queremos que los riesgos que plantea el informe citado se conviertan en realidad o como mínimo deriven en irreversibles.
Respecto a los modelos y las estructuras organizacionales:
Todos, empezando por los líderes, debemos de mejorar nuestras habilidades creativas para repensar nuestros modelos organizativos tanto en los ámbitos privados como públicos. Y ello pasa por desarrollar nuestra capacidad para el aprendizaje y la reducción de las reticencias al cambio. Presupone entender que la gestión del cambio no va de discursos ni del trabajo de grandes consultoras externas, sino de temas concretos, incluso los que parecen de poca relevancia, pero cuyo impacto tanto en los aspectos reales como mentales puede ser muy importante. E implica desde la estructura de dirección, la gestión de equipos y proyectos hasta las relaciones con el mercado y con nuestros clientes/consumidores/usuarios. Supone aceptar que la incertidumbre es el único camino posible en un momento histórico donde los ciclos se acortan. Exige interiorizar que la innovación ya no es un área funcional más, sino que debe integrarse en toda la organización.
Que la implantación de determinados modelos apoyados sobre el desarrollo tecnológico puede generar efectos secundarios no siempre adecuadamente dimensionados es una verdad evidente: negarlo como principio fundamental no aporta nada, mientras que puede suponer alimentar e incentivar las reticencias al cambio. Sin embargo tengamos confianza en la capacidad del ser humano para adaptarse a los cambios. Solo tenemos que recordar lo que ocurría con el tabaco antes de su prohibición en los lugares públicos, o simplemente ver alguna de las películas anteriores a la prohibición. Una vez más, frente a todas las previsiones apocalípticas el ser humano mostró una capacidad de adaptación ejemplar.
Vivimos en un cambio de era, de transformación radical, que en muchos casos puede ser similar a otros vividos por el ser humano. La única diferencia radica en que ahora todo va mucho más rápido y que el riesgo de catástrofe (calentamiento global) lo tenemos a la vuelta de la esquina.
Para terminar y para irnos con buen sabor de boca os invito a ver el video (26) 3 sorprendentes pruebas de que los humanos siguen evolucionando – YouTube, que nos muestra como los seres humanos seguimos evolucionando. Igual llegaremos a adaptarnos bien a los efectos del cambio climático…. ¡Esperemos!
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