2022 nos ha mostrado que nuestros desafíos son cada vez más grandes, pero también que podemos enfrentarlos. ¿Qué nos deparará el próximo año? A primeros de Diciembre Linkedin publicó un informe sobre las “23 tendencias que marcarán el año 2023”
Un informe accesible en https://www.linkedin.com/pulse/big-ideas-2023-estas-son-las-23-tendencias-que-/?originalSubdomain y que parte del criterio de que “2022 ha sido un año no apto para cardíacos” en el que hemos visto cómo se terminaban las restricciones provocadas por el Covid-19 para rápidamente tener que enfrentarnos a las consecuencias del conflicto de Ucrania, empezando por el impacto económico y por el abandono/retraso de la respuesta al impacto del cambio climático.
He resumido las 23 tendencias (el número supongo que se había formulado con el objeto de coincidir con la cifra del año) en los 9 8 retos/hitos retos que considero son los más relevantes y que expongo en la forma y con criterios argumentales basados en mi propio criterio personal.
Recesión sí, pero no tanta como esperábamos.
La economía global afronta un punto de inflexión. Las tres principales economías del planeta —Estados Unidos, China y la zona euro— están desacelerándose rápidamente como confirman todos los datos macroeconómicos, aunque no tanto como inicialmente se pronosticó.
Tenemos ya la certeza de que como consecuencia de una serie de factores la recesión con la que nos enfrentamos no va a suponer un desplome de la economía. Según datos que se han presentado recientemente en el Foro de Davos el 56% de los CEO mundiales (el 64% en España) admite, que esa recesión será suave y corta. En otras palabras: no será como en 2008.
Nuevas tendencias económicas
Las familias extensas se están convirtiendo en un vestigio del pasado. Cada año, el número de personas que viven solas crece en Estados Unidos, Japón, Australia o Europa. En la Unión Europea el número de hogares unipersonales se incrementó en un 30% en los últimos 10 años alcanzando porcentajes del 50% en los países escandinavos, Dinamarca o Países Bajos. Mientras tanto en nuestro país las personas que viven solas ya son más de una cuarta parte del total de hogares (26,8%) y en 15 años será el más numeroso.
Esta realidad unida al del alargamiento de la esperanza de vida supone un importante reto desde el punto de vista sociosanitario, (servicios sociales, atención a la dependencia, salud mental etc). Recordemos que existen muchos estudios e informes que relacionan la vida en soledad y el alargamiento vital con los problemas cardiovasculares, la depresión y la demencia. El sector de los cuidados y el sanitario serán cada vez más relevantes generando muchas oportunidades, pero también precisará de mayores recursos para su financiación, lo que comportará grandes tensiones que habrá que afrontar con soluciones radicales.
Las distorsiones entre procesos formativos y las necesidades económicas se acrecientan.
Los sistemas formativos se siguen mostrando incapaces de formar a los/las profesionales con las competencias y habilidades que necesitamos en las nuevas realidades económicas. Aunque intentan adaptarse no son capaces de hacerlo a la velocidad que la realidad les impone. A modo de empleo tenemos niveles de desempleo de una cierta magnitud y multitud de puestos de trabajo que no son cubiertos como consecuencia de que los candidatos no disponen de las competencias y habilidades que hoy son exigibles. Nos estamos quedando sin médicos, enfermeras y otros profesionales sanitarios y además muchos de los que se incorporan al mercado de trabajo no tienen las competencias adecuadas.
Debemos esperar que las organizaciones, las entidades formativas y las instituciones públicas se unan para hacer frente a esta escasez de dos maneras: generando nuevas estructuras y métodos de formación y aprendizaje, desarrollando iniciativas que faciliten la conversación de las organizaciones en entornos de aprendizaje y generando entornos que permitan reciclar a aquellos y aquellas que se vean expulsados por el cambio en los procesos productivos empezando por el colectivo de seniors.
Comportamientos económicos que serán cada vez más sostenibles.
El comercio electrónico ha crecido exponencialmente, pero se enfrenta a grandes retos. De hecho, en este campo puede ocurrir algo parecido a lo ocurrido con el trabajo híbrido. Son muchas las razones por las que parece que la compra virtual tiene un límite que no va a superarse a corto plazo. Este límite está condicionado por las reacciones de las propias comercializadoras que entre otros frenos luchan contra el riesgo que supone la garantía de devolución. Por otra parte se constata que el acto de compra sigue siendo un acto social que comporta presencialidad. Lo que no es óbice al mismo tiempo que constatemos que los consumidores están cambiando sus comportamientos y que se consolidan los criterios y factores de sostenibilidad en el acto de compra.
Paralelamente constatamos como la voluntad social de viajar y de conocer nuevos entornos se está reposicionando de nuevo en niveles parecidos a la pre-pandemia. A modo de ejemplo el tráfico aéreo se ha recuperado situándose a niveles del 70% en comparación con el año 2019. Sin embargo, las cosas están cambiando… desde la motivación y las actitudes de los “turistas” hasta el comportamiento de las comunidades locales que habitan en las zonas receptoras. Los factores de sostenibilidad y de atención a las necesidades medioambientales provocarán cambios relevantes en los comportamientos humanos también en este campo.
La crisis económica pone en jaque los avances en igualdad
Si bien la recesión parece descartada, todo apunta a que en este año deberemos empezar a plantearnos: ¿Cómo afrontar los retrocesos en los factores de igualdad? y ¿Qué hacemos con los entornos de desigualdad y de pobreza que están creciendo exponencialmente?.
La inflación y el incremento del coste de la vida afectan directamente tanto a los/las desempleados/as como a los trabajadores que ocupan los puestos en la parte baja de la pirámide social en términos de menores niveles salariales o de carácter precario (trabajos temporales o a tiempo parcial). Recordemos que una parte relevante del desempleo es ya de carácter estructural lo que además de generar problemáticas sociales de todo tipo supone tensiones cada vez más crecientes a los fondos y recursos públicos.
Nuevas respuestas para mitigar los efectos del cambio climático.
Huracanes en Estados Unidos y Cuba, olas de calor sin precedentes en Europa e inundaciones en Pakistán etc. Hoy ya nadie es capaz de cuestionar que el cambio climático y sus efectos es el reto más importante que tenemos que afrontar y aquel que pone incluso en jaque el futuro de la especie humana.
La temperatura del planeta está subiendo y los científicos son cada vez más pesimistas sobre nuestra capacidad para frenar este proceso. Mientras tanto el problema se agrava si se cumplen las previsiones en el sentido de que en 2050 el 70% de la población mundial vivirá en las grandes urbes.
Caída de los grandes líderes económicos.
En algún momento entre finales de la década de los ochenta y principios de la de 2010, los fundadores de empresas tecnológicos empezaron a adquirir un estatus de semidioses. Mark Zuckerberg de Facebook, Elon Musk de Tesla, y otros muchos llegaron a convertirse en «dioses» gracias a la fe ciega que los inversores depositaron en ellos.
Los jóvenes graduados que se incorporaron a la economía tras la recesión de 2008 encontraron una promesa en los caminos de aquellos que abandonaron la universidad, como Zuckerberg. Esos jóvenes se convirtieron en héroes, venerados en el cine, la televisión y los casos de estudio de las escuelas de negocios. Conectaban el mundo a internet, defendían valores liberales, apoyaban el matrimonio homosexual y defendían la democracia. Sus acciones seguían subiendo y las plantillas de sus empresas no paraban de crecer. Pero ahora, cuando la economía se tambalea, la ilusión de que las empresas tecnológicas (y sus fundadores) nos salvarán se ha roto.
Pasos adelante y atrás en los comportamientos humanos relacionados con la tecnología:
En 2023 vamos a ver consolidarse diferentes tendencias. La primera estará relacionada con el hecho de que las nuevas generaciones y muchas personas integrantes de los colectivos más seniors están empezando a quitar el protagonismo a Google como motor de búsqueda. Es el caso del 40% de la Generación Z que usa ya Tik tok e Instagran como fuente de información ya que les ofrece una mayor sensación de autenticidad. Este nuevo patrón contractual coincide con una crisis de confianza en los medios de comunicación tradicionales. El apetito por la información, sin embargo, no ha desaparecido y el reto reside en saber si las redes abordarán este problema y cómo los medios tradicionales atraerán a las nuevas generaciones.
El teletrabajo ha venido para quedarse, nos decían. Han pasado casi tres años desde que la pandemia mandó a casa a miles de trabajadores de manera forzosa y se ha demostrado que esa frase ha perdido todo el sentido. En 2022, 3 de cada 4 profesionales han vuelto a desarrollar sus prestaciones laborales en formatos estrictamente presenciales. Lo que provoca contradicciones entre los deseos e intereses de las personas, y la realidad de un modelo productivo basado mayoritariamente en trabajos y actividades sin escritorio: camareros, albañiles, operarios, repartidores, dependientes, cuidadores o sanitarios. También porque las conductas directivas tradicionales no han entendido este modelo. Conviene recordar que sólo el 10 de los profesionales españoles tienen sus condiciones laboradas basadas en convenios que regulan especialmente esta práctica.
Desarrollo exponencial de la Inteligencia Artificial:
La inteligencia artificial ha pasado de ser una curiosidad académica a una tecnología que está redefiniendo cómo las personas trabajan y las empresas operan en múltiples industrias. Enfermeras que utilizan IA para vigilar la salud de pacientes en riesgo, inversores que la utilizan para ajustar sus carteras de inversión etc. Es previsible que la IA será más intuitiva y progresivamente irá utilizando varios “sentidos” a la vez. Las aplicaciones multimodales de inteligencia artificial son sistemas que pueden procesar datos visuales, auditivos y de lenguaje de forma combinada. La IA multimodal despegará en los próximos años, permitiendo a estos sistemas analizar datos y entornos de forma muy sofisticada y con muchos matices.
Esperemos que 2023 suponga, a pesar de todos los hándicaps que tenemos por delante, el punto de inflexión para afrontar de verdad con nuevas respuestas estos efectos.
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