Hace algunas semanas escribí en la web/blog de Alius Modus un post titulado «Podemos y las opiniones de Antonio Peñalver» en el que hacia referencia a los argumentos expresandos por él en un mensaje del 10 de Junio. Desde aquí quiero agradecer a todos los que me han escrito apoyando los argumentos expresados en él.
Escribía Antonio «En momentos de crisis económica y de valores como el actual, los resultados de las recientes elecciones al Parlamento Europeo han permitido que surja en España un nuevo partido político: -Podemos-.Este partido, a tenor de los análisis electorales, se ha aprovechado del electorado tradicional que representa Izquierda Unida y el PSOE. Sus resultados electorales han sido espectaculares: con 1.245.948 votos han obtenido 5 eurodiputados”.
En su post Antonio comentaba con asombro su propuesta de establecer -un salario máximo-, o lo que es lo mismo un límite a los niveles salariales tanto en el sector público como en el privado. Lo de menos es la cuántia de este límite. Por mi parte expresaba que este planteamiento se consideraría coherente con su propuesta de renunciar a un parte relevante de sus compensaciones como eurodiputados y señalaba que, como todos somos conscientes, son cosas totalmente diferentes.
Porque no es lo mismo que unos representantes políticos decidan mostrar su oposición a determinadas actitudes de la llamada «clase política» y voluntariamente opten por limitar sus compensaciones y otra cosa es la propuesta de un máximo salarial de aplicación obligatoria.
Si bien es cierto que la determinación de un tope salarial para los ejecutivos en determinados entornos es una medida que inclusive puede ser saludable (pensemos solamente en lo ocurrido con las entidades financieras intervenidas por el Estado) la propuesta de Podemos, como sus propios líderes saben, es inviable, impracticable y absurda. Si finalmente llegase a concretarse en la realidad sería totalmente nefasta para los intereses de nuestro país ya que no haría más que incrementar la huida del talento que lamentablemente ya estamos viviendo y sufriendo.
Puedo llegar a pensar –aunque sin utilizar alguno de los adjetivos que expone Antonio en su mensaje- que lo conseguido por Podemos es inclusive de admirar por cuanto, entre otras cosas, supone romper el monopolio que hasta momento existía en las llamadas izquierdas y que, por otra parte, es la representación del llamado «espíritu» del 15-M. Puedo, inclusive, reconocer el buen uso que han sabido hacer de los nuevos mecanismos de comunicación como las redes sociales para crear algo tan relevante en sólo unos meses.
Pero con posturas “populistas” y sin ninguna lógica ni fundamento no se superarán los problemas generados por la crisis que todavía estamos viviendo de la misma forma que no se resolverá el problema del desempleo convirtiéndonos a todos en “funcionarios”.
Las referencias históricas no tan lejanas son claras y evidentes… ¿verdad?
Uno de nuestros problemas proviene de haber vivido durante los últimos 25 años en un contexto fundado en lo que he denominado repetidamente falso criterio de igualdad. Un entorno social en el que al no valorar ni la formación, ni el esfuerzo, lo que se privilegiaba y potenciaba era únicamente la igualdad en los resultados. Soy uno más de los convencidos que los países más avanzados son los que intentan generar situaciones de igualdad de oportunidades «en la salida» pero que luego dejan que cada individuo sea capaz de encontrar por sí mismo su punto de llegada. No parece que este sea el fundamento de la propuesta “salarial” a debate.
Creo que soy incluso «pesado» al señalar que que uno de nuestros grandes problemas que estamos viviendo proceden de nuestra incapacidad para ofrecer a nuestros jóvenes oportunidades de futuro.
Lamento por tanto afirmar que las soluciones propuestas por Podemos no harían más que agravar nuestros problemas de gestión de talento y consecuentemente de supervivencia social. No podemos permitirnos volver a cometer los mismos errores del pasado ni vivir dentro de una burbuja
Somos parte de un mundo globalizado, estamos en un mercado de trabajo abierto y con índices de movilidad muy importantes. Y lamentablemente muchos de nuestros jóvenes, como bien muestra la realidad que estamos viviendo, terminan abandonándonos porque no encuentran aquí ni los puestos ni los incentivos para desarrollar sus capacidades y talentos.
Terminaba mi nota recordando los argumentos de Antonio “Con este tipo de propuestas, totalmente populistas, conseguiremos descapitalizar intelectualmente este país. ¡Que Dios no coja confesados!”.
Yo, probablemente, jamás lo hubiese expresado de esta forma aunque mi acuerdo con el planteamiento sea total.
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