En el diseño de un plan de carrera el error más grave a evitar es el autoengaño. Este es provocado, generalmente, por un análisis personal incorrecto sobre las capacidades, intereses y motivaciones.
Y a menudo puede ser alentado por nuestro propio entorno o, simplemente, ser consecuencia de algunos éxitos personales que puedan alimentar nuestro ego personal.
¿Cuántas veces ocurre que en un proceso de selección nos encontramos con personas que es evidente que no tienen ni la experiencia ni acreditan los requisitos preestablecidos o simplemente no tienen la capacidades necesarias y sin embargo se postulan como candidatos a él?.
Una vez superada la fase de autoengaño que en el fondo supone no establecer para si mismo objetivos o metas inalcanzables resulta muy importante, además de disponer de una guía o plan de carrera analizar, caso a caso, en profundidad las ofertas profesionales que pueden surgir y contestarse a uno mismo de la forma más objetiva posible a las cuestiones siguientes:
-¿Porqué quiero realmente cambiar?
-¿Cubre la oferta estas espectativas?
-¿Realmente, he cubierto una etapa y conseguido resultados en mi actual posición?
-¿Qué posibilidades de desarrollo tengo todavía en mi actual organización?
Si somos capaces de respondernos objetivamente a estas cuatro cuestiones y contamos con algún mentor de apoyo estoy convencido de que seremos capaces de reducir al mínimo las posibilidades de error en el desarrollo de nuestra carrera profesional.
Sin embargo no debemos olvidarnos de la “suerte” y de la capacidad que algunas personas tienen de “estar en el lugar adecuado en el momento apropiado”.
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