El futuro para muchos de nosotros no tiene porque ser necesariamente positivo. Sobre todo si no adoptamos desde ya medidas que corrijan las tendencias y las certezas que empezamos a divisar en el futuro.
Para unos supondrá el pleno uso de sus capacidades y conocimientos, para otros, puede suponer entrar en dinámicas perversas y poco positivas. Los “elegidos” basándose en sus capacidades, sus habilidades y “la suerte” podrán emplearse en posiciones innovadoras, centradas en las nuevas tecnologías, con elevadas compensaciones y beneficios sociales.
Los “otros” (por lo menos a corto plazo) afectados directa o indirectamente por el proceso de robotización y digitalización van a tener que vivir largos periodos de desempleo, sucesión de contrataciones precarias y niveles salariales de “subsistencia”.
Estas reflexiones basadas en las formuladas por Antonio Argandoña (IESE) reflejan de forma certera su visión (y la mía) sobre cuáles son los retos con los que nos enfrentamos en los ámbitos del empleo/trabajo.
¿Qué estamos haciendo ante estas oportunidades y amenazas?
Muchos (creo que además de Antonio y yo mismo) pensamos que, probablemente, no estamos haciendo todo lo necesario, tanto desde el punto de vista individual como social. Parece como si el problema no nos afectase, si no fuera con nosotros ni con nuestro entorno. Los jóvenes confían en lo que les dará la escuela o la universidad; los mayores, esperan jubilarse antes de que llegue el tsunami (y que alguien pueda pagar sus pensiones); los de en medio, confían en su capacidad de adaptación, en la buena suerte…
¿Tendríamos que preocuparnos?
Si. todos, porque todos somos responsables de nuestras vidas y de la de los que están con nosotros. Confiamos mucho en los demás: gobiernos, organizaciones y miramos hacia otro lado excepto cuando el problema nos afecta directamente. Los líderes políticos deberían de ocuparse de ello de la misma forma que lo deberían de hacer las instituciones sociales, empezando por las educativas. Los retos en materia de formación y aprendizaje son mayúsculas como se muestra en los debates que la FUNDACION ERGON www.fundaciónergon.org está sobre Desacoplamientos conceptuales. Os invito a acceder al de los conceptos Aprendizaje/Talento en Diálogos_Ergon (godaddysites.com)
Para ello es necesario deberíamos de plantearnos antes o en paralelo cuestiones como: ¿no deberíamos de preocuparnos sobre la gestión interna en las organizaciones?, ¿cómo cambiar los esquemas de los procesos de formación y aprendizaje para incrementar la empleabilidad de las personas?, y ¿qué puede hacerse desde el seno de las empresas y organizaciones para ayudar a afrontar los retos que tenemos por delante en el mundo del trabajo y el del empleo?
Para responder a estos retos las organizaciones deberían:
- Adoptar sistemas organizativos dirigidos a facilitar los procesos de innovación.
- Convertirse en entornos de aprendizaje.
- Rediseñar y redefinir los entornos y espacios de trabajo, haciendo el mejor uso posible de las nuevas tecnologías.
- Asumir que sus actividades han de ser socialmente responsables.
- Establecer estrategias de gestión de personas que den respuesta a las necesidades individuales.
Los retos son mayúsculos. Y no somos capaces de percibirlos en su real magnitud porque ya forman parte de nuestro día a día. Empezando por afrontar una realidad en la que no habrá trabajo para todos.
¿No es ésta una realidad posible?, ¿No nos implica a todos/as?
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