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Creo que es posible plantearse que los conceptos de marca personal y empleabilidad son atributos distintos de un mismo “problema”.

No es posible disponer de un alto grado de empleabilidad sin haber desarrollado «una marca personal» que sea atractiva para el mercado, de la misma forma que tener una buena marca personal es una de las condiciones fundamentales para la empleabilidad.

Hemos pasado de una sociedad industrial a otra de servicios, al tiempo que hemos dejado de vivir en un entorno de “relaciones laborales permanentes” a desarrollar actividades por proyectos en diferentes entornos y contextos sin los niveles de “seguridad” que se ofrecían en el contexto que acabamos de abandonar.

Cuando muchos de nosotros debemos desarrollar nuestra vida profesional en entornos en los que no tenemos un único empleador que nos asegure un determinado nivel de ingresos, nos vemos obligados a fabricar nuestra propia marca lo que supone desarrollar nuestra empleabilidad para garantizar el interés y la atracción de nuestro perfil profesional en un entorno laboral cambiante y en transformación permanente.

Todas estas transformaciones profesionales tienen asimismo mucho que ver con la marca personal. Tanto para los que desarrollan su trayectoria profesional por «cuenta ajena» como para aquellos que hemos optado (voluntaria o involuntariamente) por otras alternativas.


Todos debemos trabajar para construir nuestro propio futuro, asegurar nuestra empleabilidad y desarrollar nuestra marca personal. 


En realidad todos tenemos que ser “empresarios de nosotros mismos” aunque estemos trabajando por cuenta ajena. Nada esta escrito… debemos ser nosotros los que redactemos nuestro propio relato vital.  Puesto que se trata de recurrir a nuevas soluciones y de crear nuevas alternativas laborales, debemos de empezar a pensar y a actuar como emprendedores/provehedores de servicios.

Y un provehedor de servicios debe de cuidar su marca/empleabilidad.