He aquí una breve historia que me he permitido adaptar y que tiene que ver con la motivación, los objetivos personales y el logro.
«Una mujer decidió un día que su deseo más ferviente era convertirse en escritora. Salió temprano de su casa y compró 5000 lápices y un brillante sacapuntas. Desde ese momento la familia debería hablar susurrando y andar de puntillas por la casa para no molestar a su novelista preferida.
Esa misma tarde se sentó en su escritorio, cogió del cesto uno de los lápices, lo afiló esmeradamente con el lustroso sacapuntas y se dispuso ufana a escribir su libro. Pasaron las horas y mientras esperaba la inspiración afiló con dedicación muchos otros lápices con el reluciente sacapuntas. Al final del día no había redactado una sola palabra.
Todas las mañanas afilaba sus lápices y se preparaba para cumplir su sueño de escribir un libro.
Un día se dio cuenta de que jamás lograría empezarlo y terminó de afilar con deleite y perfección el resto de los lápices que le quedaban con el radiante sacapuntas. Y así, sin quererlo, se convirtió en la campeona del mundo afilando lápices, en la más experta afiladora de la Tierra»
Un texto que expone con claridad el dilema que existe entre los hábitos, la motivación para su desarrollo y la productividad y que sería aplicable a muchas de las actividades que lamentablemente se desarrollan en los ámbitos organizativos.
Creo que no se precisan más comentarios.
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