Todos cometemos errores. Y si además hemos decidido iniciar algún proyecto empresarial con más motivo.
En el perfil personal que incorporo en este blog señalo que 1 de cada 2 proyectos empresariales que he iniciado en mi vida han terminado siendo grandes fracasos. Lo que he aprendido de ellos es que, aunque resulte a menudo muy complejo, que la característica básica que ha de diferenciarnos como emprendedores del resto de personas no es que no cometamos errores (¡Es una característica humana!) sino la capacidad para reconocerlos y aprender de ellos.
Reconocer los errores propios puede ser complicado, significa tener la capacidad de análisis y la objetividad que muchas veces creemos tener pero a menudo no sabemos aplicar. No debemos olvidar que en la vida (tanto la personal como la profesional) es imposible controlar todas las variables.
Si estas iniciando una actividad emprendedora o simplemente te propones iniciarla a corto plazo que aquí algunos elementos que debes evitar:
Hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente Este error empieza a ser ya «famoso» pero no por ello debemos olvidarnos de él. Lo más probable es que, si sigues actuando del mismo modo, obtengas los mismos resultados. Si una determinada estrategia comercial te ha llevado a no vender absolutamente nada, no vas a conseguir incrementar tus ventas si no la modificas. Parece obvio darse cuenta de este tipo de errores pero no lo es tanto. Incrementaras sustancialmente tus posibilidades de éxito si te percatas de lo que estás haciendo mal y cambias tu forma de actuar para obtener resultados distintos.
Intentar quedar bien con todo el mundo Si, es un error muy común al emprender tratar de gustarle a todo mundo. Si eres inteligente te habrás dado cuenta de que para conseguir avanzar en tu proyecto deberás aprender a hacer y tomar decisiones que no gustarán a tu entorno pero que serán fundamentales para hacer avanzar tu negocio.
Querer cambiar tu entorno. Has de ser consciente que conforme nos vamos haciendo mayores el cambio resulta mas difícil de promover y gestionar. Como emprendedor, no debes confundirte. Tu objetivo es sacar lo mejor de las personas que vas a vincular a tu proyecto no cambiar su forma de ser. Si piensas que eres una especie de «mecánico» que podrá arreglar a las personas estás equivocado, simplemente esto no funciona así. Intenta, en todo caso, rodearte de gente positiva y que te aporte buena energía.
Prestar poca atención a los aspectos económicos. Si no tienes un presupuesto puedes pasar de la alegría del emprendimiento al caos de no contar con un referente económico. Contar con un límite de presupuesto ayuda en muchas ocasiones a tomar decisiones y te aporta una referencia económica que es fundamental para tener conciencia de donde estas. ¿Has parado a pensar cuánto vale tu trabajo? Ahora, piensa en cuanto ingresas y cuanto gastas y tendrás un presupuesto de referencia. Un error común a no tener presupuesto es no valorar adecuadamente el coste de tu trabajo. El tiempo es oro y el tuyo, más.
Centrarte en los detalles perdiendo de vista el objetivo Es un error muy común perder de vista cual es el objetivo de tu proyecto. Sea lo que sea lo que pretendes hacer/conseguir tu proyecto ha de ser rentable. Si no lo consigues, no estás en el camino correcto. Está bien plantearse metas a corto plazo para alcanzar un objetivo a largo plazo pero intenta que el día a día no te hagan perder de vista que tu objetivo es ganar dinero. De lo contrario tarde o temprano tu proyecto fracasará al caer por el peso de su realidad económica.
En todo caso y tomando en cuenta las estadísticas que afirman que 1 de cada 2 proyectos empresariales fracasan en los dos primeros años desde su puesta en marcha, os recomiendo que tengáis presente la frase que se atribuye a Goethe “El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada».
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