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¡El futuro no es lo que va a ocurrir sino lo que vamos a hacer!

Esta reflexión de Jose Luis Borges es la que hemos escogido en la FUNDACION ERGON para desearos a todos/as un feliz año 2025 en el que deberíamos de comprometernos mucho más activamente (en otras palabras, poner la voluntad necesaria) para resolver los graves problemas que tenemos por delante y que conviene recordarlo una vez más, ponen en cuestión, incluso, el futuro de nuestra especie.

Vamos a un mundo mucho más complejo con muchos cambios. En la ética, en las normas, nuevos modelos de relación, de actividad, de empleo, de familia Sabemos que en el futuro nada será igual pero no sabemos cómo será. ¡Hay que dice que el cambio será brutal!

En el post que publicaba hace 2 años por estas fechas hacía referencia a un informe de THE ECONOMIST que planteaba una visión optimista sobre nuestro futuro: “A pesar de todos los problemas con los que nos enfrentamos el resultado final será el de nuevo renacimiento (…) una época en la que viviremos nuevos inicios con valores más reales«.  

Pues bien, tengo que reconoceros que esta visión optimista y los deseos que formulaba en mi mensaje del año pasado no han visto todavía la luz, ya que seguimos en un entorno de oscuridad. Como estamos constatando poco hemos conseguido avanzar en este nuevo renacimiento en el año que estamos a punto de cerrar. Al contrario, los graves problemas persisten y, por ejemplo, al conflicto de Ucrania hemos de sumarle el estallido del que desde ya hace un año se esta produciendo en Palestina.  Si queremos sobrevivir y prosperar en esta era de incertidumbres de toda índole, “tenemos que hacer” y además hacerlo en la dirección adecuada.

Ya somos plenamente conscientes de que 2025 será un año de transición en el que no se vislumbran grandes avances a pesar de que proseguirá el proceso de transformación de nuestras estructuras económicas y sociales. En el plano político el escenario futuro va a estar centrado en la confluencia de 3 conceptos: POPULISMO, DESAFECCION e INDIFERENCIA. En el tecnológico seguiremos asistiendo a una EVOLUCION FRENADA pero IMPARABLE. Ambos escenarios provocarán, sin duda, cambios sociales de relevancia aunque no sepamos bien si en la dirección adecuada.

Tenemos que afrontar el futuro con firmeza pero desde planteamientos de humildad. Las cosas cambian, pero de nosotros depende su rumbo. No podemos seguir manteniendo los conceptos y criterios antiguos ni mucho menos otorgarles el mismo significado. Debemos estar convencidos de que necesitamos desarrollar nuevos conceptos para afrontar las nuevas realidades. A título de ejemplo: Empleo/Trabajo, Formación/Aprendizaje. Debemos cambiar las relaciones entre ellos ya que son los elementos esenciales de la empleabilidad.

Mientras estamos tomando consciencia de que la tecnología puede ser usada incorrectamente o con objetivos perversos. Sin embargo, ni el mal uso puede ser la base para frenar su desarrollo. Hemos de trabajar para desarrollar la capacidad de pensamiento crítico que tienen las personas como elemento fundamental para resolver los problemas relacionadas con el mal uso de la tecnología. Y entre ellos desarrollar anticuerpos ante la desinformación.

Aunque estamos mentalmente programados para pensar a corto plazo, y vivamos en momentos más de pasos atrás que adelante, debemos aprender nosotros mismos y enseñar a las generaciones futuras, a mirar hacia el futuro. Estamos obligados, aunque el momento no sea el más favorable, a perfeccionar nuestras habilidades críticas y analíticas, y fomentar socialmente el desarrollo de mayores capacidades de anticipación, adaptación y resilencia.

¡Desde aquí mis/nuestros mejores deseos para todos y todas!