El éxito se obtiene cuando se consigue lo que se desea, mientras que la felicidad es apreciar lo que se ha conseguido. La autoestima y la aceptación de los propios errores son claves fundamentales para alcanzar el éxito.
El éxito no llega normalmente por casualidad. Te tiene que encontrar preparado. Por eso es muy conveniente que -a menudo- nos detengamos y proyectemos nuestra mente hacia el futuro tratando de resolver el mayor número de interrogantes posibles. Sin embargo, es sorprendente que cuando preguntamos a un gran número de personas al azar que van a hacer en los próximos 2 o 5 años, la mayoría contesta que no ha tenido tiempo para pensarlo. Una lástima.
Si no dedicas algunos momentos a pensar en lo más importante -nuestra propia vida-. ¿En qué pensamos? Un buen ejercicio y muy simple es el de definir y escribir -esto es sumamente importante- nuestras metas/objetivos para los próximos seis meses, doce meses, cinco años…
Confiemos en esta sencilla «receta», pongámonos en marcha y después analicemos los resultados.
Así, seguro que tendremos más oportunidades para detectar cuando conseguimos el cumplimiento de nuestros objetivos. La suerte sólo se presenta cuando la preparación encuentra una oportunidad.
Debemos estar preparados dado que las oportunidades pueden aparecer en cualquier momento y quien no esté preparado, pierde las oportunidades que muchas veces le pasan inadvertidas.
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