Recordemos la expresión: La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito.
Una frase por cierto atribuida a Ralph Waldo Emerson. Una reflexión que me lleva a la conclusión de que conseguir el éxito (alcanzar unos determinados objetivos) puede ser, a veces, fruto de un factor aleatorio (suerte) pero en la mayoría de las ocasiones es consecuencia de la creencia personas, del trabajo, del esfuerzo y de la constancia en su obtención.
Desde mi punto de vista las diferencias fundamentales entre una situación que podemos denominar como exitosa y otra que no lo es reside en:
-Tener definido un objetivo. Supone saber lo que queremos conseguir y un plan para su consecución. Recordemos que uno de los ingredientes básicos es la de visualizar lo que deseamos, seguir el plan trazado para alcanzarlo e identificar nuestras sensaciones en ese momento.
-Motivación para alcanzar el éxito y flexibilidad para adaptarse a las circunstancias. Es muy probable que las circunstancias obliguen a modificar los planes trazados. Las personas que consiguen el éxito analizan las diferentes opciones, y toman en consideración las experiencias adquiridas en el proceso. Paralelamente tienen interés y motivación para aprender y tomar como ejemplos de otros.
-Ser lo suficientemente maduro para reconocer que no se sabe todo. Lo que supone disponer de la capacidad y la motivación para el aprendizaje. Una persona de éxito es capaz de asumir e integrar en su día a día estas premisas.
-Asumir la responsabilidad sobre los errores cometidos. Los errores no representan algo negativo. Socialmente, nos intentan enseñar a ver los fracasos o fallos como elementos que necesitamos alejar, cuando el error es un elemento más de aprendizaje. Hacernos responsables de nuestros errores nos dará mucha más ventaja a la hora de emplearlos como recursos para crecer y conseguir finalmente lo que pretendemos.
El éxito no tiene porqué ser necesariamente egoísta. Es posible conseguir el éxito de forma responsable. Conseguirlo supone, a menudo, aportar cosas a los demás o simplemente tener una visión sobre las necesidades de nuestro entorno. Las energías se sienten y contagian. Imagínate que alguien cercano a ti te estuviese intentando transmitir eso mismo, ¿cómo te sentirías?
Las personas exitosas viven en el hoy, disfrutando cada momento, cada instante para conseguir su felicidad y sus sueños. Mientras, las personas fracasadas suelen estar ancladas en el pasado y en la queja constante, sin poder avanzar, pues son estás las cadenas que los mantienen atados.
Sobre la importancia de la motivación y el esfuerzo para conseguir el éxito os propongo que veáis el vídeo accesible en https://www.youtube.com/watch?v=FXL2G1p-EDw&t=148s
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