Acabo de publicar un largo texto en el que incluyo algunas de las medidas, que, desde mi punto de vista, deberían introducirse en el acuerdo sobre la reforma del mercado de trabajo, (dialogo social), que parece finalmente está a punto de ver la luz.
Con independencia de señalar, de forma fehaciente, que el conjunto de ideas y propuestas que figuran en el artículo “conceptos claves para el dialogo social” son fruto del trabajo y de las reflexiones que he realizado en las últimas semanas con Jaime Lopez Cossio y reconocer, por tanto que su autoría está claramente compartida con él, me gustaría significar en esta nota que no auguro un resultado final del proceso que sea adecuado para los graves problemas que tenemos.
Creo que, una vez más, perderemos la oportunidad de enfrentar y proponer, con un poco de audacia, medidas que ayudarían a minimizar el impacto de la crisis, y a facilitar la el retorno de los desempleados al mercado de trabajo.
Aunque sea un poco “irreverente”pienso que el anuncio realizado por el Presidente de que nunca se regularía sobre esta materia sin el acuerdo previo de los interlocutores sociales, ha lastrado negativamente el proceso. Aunque parece razonable que el Ejecutivo no regule sobre esta materia sin escuchar antes a los interlocutores sociales, condicionar cualquier tipo de regulación a un acuerdo previo, en una situación como la actual, puede lastrar – de hecho lo ha hecho ya – el resultado final de un proceso en el que también el Parlamento –cómo último representante de la voluntad popular- tiene algo que decir.
Algo debemos/deberíamos hacer cuando nuestra media de desempleo está en más de doble de la media de la CEOE (18% frente a 8,5%), cuando nuestro ratio de temporalidad es de más del 60% y cuando los estudios de prospectiva auguran que necesitaremos 3 veces más de tiempo que el resto de países de nuestro entorno para salir de esta situación. Y aunque es evidente que no todos “nuestros males” proceden del mercado de trabajo, algo deberíamos hacer en este ámbito.
En resumen lo que plante es que al margen de las diversas consideraciones que se han realizado (tanto en el manifiesto de los 100, en el de los 600, como por diversos y diferentes profesionales y estudiosos), el Dialogo Social tiene el reto de enfrentarse y proponer soluciones y propuestas en cuestiones como: la transparencia del mercado del trabajo, (intermediación, eficiencia del Sistema Público de Empleo), las actuaciones sobre la empleabilidad, (recolocación, reforma de las políticas activas), las circunstancias de la entrada y salida en la relación laboral (contratación/extinción) y, por último al ámbito de actuación de las Empresas de Trabajo Temporal y el resto de interlocutores sociales.
Las líneas fundamentales de nuestra propuesta (digo nuestra porque evidentemente incluyo a Jaime) parten del criterio de que es posible introducir mejoras que no exijan amplias reformas legales, difíciles y complejas en la situación política actual y que por tanto algunas pueden ser introducidas con carácter transitorio al objeto de evaluar su eficacia a medio plazo. Estas son:
- Es probable que no resulte adecuado en este momento la creación de la figura de las Agencias Privadas (sin ningún control público) aunque podría establecerse un compromiso de regulación en un plazo determinado.
- Es necesario potenciar los mecanismos de intermediación del conjunto del Sistema Público de Empleo, incremento sus recursos e introduciendo elementos de competitividad a través de procesos de externalización.
- Resulta necesario articular y definir el conceto de Plan Social, articular la figura de las Empresas de Recolocación e incorporar la obligatoriedad de dichos planes en los Expedientes de Regulación de Empleo.
- Es posible plantearse la reducción de las modalidades de negociación cara a atacar el problema de la dualidad de nuestro mercado de trabajo.
- Es necesario ampliar el campo de actividad de las Empresas de Trabajo Temporal.
- Sería conveniente regular el campo de actuación de los interlocutores sociales en las actividades que actualmente desarrollan en un marco de “competencia irregular” con la iniciativa privada.
Y como constataréis no introduzco ningún elemento referido a la “salida” del mercado de trabajo (o dicho de otro modo indemnizaciones por despido) más allá de una petición en el sentido de que se intente tratar de forma igual a situaciones similares…. Y me refiero claro está a su tratamiento fiscal.
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