Siguiendo con mi propósito de “conversar” con ChatGPT en esta ocasión le he formulado la pregunta que da título a este post. En otras palabras que se definiera a si misma.
Y su respuesta ha sido la siguiente: “La Inteligencia Artificial (IA) se refiere a la simulación de procesos de inteligencia humana mediante la programación de algoritmos en sistemas informáticos. Estos sistemas están diseñados para realizar tareas que normalmente requieren de la inteligencia humana, como el aprendizaje, la percepción, el razonamiento y la toma de decisiones. El objetivo de la inteligencia artificial es crear máquinas capaces de realizar funciones cognitivas similares a las de los seres humanos”
Y prosigue describiendo los dos principales tipos de inteligencia artificial, La “inteligencia artificial débil” en el que engloba a los sistemas diseñados para realizar tareas específicas que no pueden llevar a cabo actividades “fuera de su ámbito predefinido” y la “inteligencia artificial fuerte” que incluye los niveles que tienen la capacidad de comprender, aprender y aplicar conocimiento en un amplio espectro de situaciones. Un nivel que considera como “similar a la inteligencia humana”.
Chad GPT concluye su respuesta con los argumentos siguientes: “Dentro de la IA, hay diversas técnicas y enfoques, como el aprendizaje supervisado y no supervisado, el aprendizaje profundo, la lógica difusa, la visión por computadora, el procesamiento del lenguaje natural, entre otros. La inteligencia artificial se aplica en una variedad de campos, como la medicina, la robótica, la atención al cliente, los vehículos autónomos, la predicción del tiempo, la investigación científica, y muchas otras áreas”.
Considero relevante poner en relación esta respuesta con los argumentos expresados por Marc Andreessen cofundador de Mosaic y de Netscape, entre otros, en los que plantea los argumentos siguientes: “la inteligencia artificial no quiere nada, no tiene metas, no quiere matarte, porque no está viva (…) es una máquina: no tiene más posibilidades de cobrar vida de las que tiene un tostador de pan”
En los tiempos de transformación e incertidumbre en que nos ha tocado vivir sólo nos faltaba la presencia de una tecnología que hoy conocemos como Inteligencia Artificial, a pesar de que no es “inteligente” aunque sea capaz de gestionar la información, el conocimiento y formular correlaciones estadísticas avanzadas, ni “artificial” ya que no hay nada más natural en los datos con los que opera que han sido, como no podía ser de otra manera, generados por seres humanos.
Recientemente leí que “el aprendizaje humano es la consecuencia de la capacidad de nuestro cerebro de realizar deducciones apoyadas en las correlaciones observadas” una respuesta que, evidentemente, es mucho más “inteligente y humana” que la respuesta que formula Chad GPT. “El aprendizaje es un proceso mediante el cual adquirimos conocimientos, habilidades, actitudes o comportamientos a través de la experiencia, el estudio o la enseñanza. Este proceso puede ocurrir de diversas formas y en diferentes contextos, ya sea de manera formal en instituciones educativas, de manera informal en la vida cotidiana o a través de la interacción con el entorno”.
Aunque la forma de “aprender” de las máquinas se puede llegar a parecer al que practica el ser humano conviene tener presente que no dejan de ser máquinas. Recordemos que no tienen más intención, propósito, metas y objetivos más allá de responder a las funcionalidades de las que les han dotado sus creadores. En otras palabras: no pueden salir de los entornos del código desarrollado por los seres humanos que las han generado.
Estamos aprendiendo a manejarnos con la IA. Estamos constatando los peligros que comporta: desde la uniformidad ideológica o la concentración de poder hasta el riesgo de generar sesgos, injusticias, resultados inexactos o directamente falsos etc. También somos conscientes de que puede cambiar radicalmente nuestras vidas y la relación entre el ser humano y el trabajo. Sin embargo deberíamos de comprender que tenemos a nuestro alcance una tecnología que nos ofrece un sinfín de posibilidades para resolver muchos de los problemas con los que nos enfrentamos como especie, hacer muchas cosas mejor y obtener muchísimas mejoras que pueden ser muy positivas.
Una herramienta que no es “similar a la inteligencia humana” pero que en todo caso debemos de aprender a utilizar y gestionar.
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